"Da gusto ver jugar al Barça"

"Hablé después del partido con Ronaldo", reveló ayer Edmilson, el mediocentro brasileño del Barça, a la emisora COM Ràdio después del ensayo; "y dijo que es un cambio de ciclo, que estaban lesionados, que venía gente de fuera ... y cosas buenas: que da gusto ver jugar al Barça". A Edmilson le pudo la indiscreción, pero los azulgrana se inclinaron ayer por la prudencia a la hora de juzgar su exhibición en el Bernabéu. No tuvieron ni día de fiesta. Ante un centenar de aficionados, el Barça se entrenó para preparar su cita de mañana ante el Werder Bremen, en la Champions, en la que se juegan la cabeza de su grupo.

El Barça abandonó el aeropuerto de Barajas aún incrédulo al recordar los aplausos del estadio Bernabéu y fue recibido en el del Prat por unos 2000 aficionados, que obligaron a la policía a habilitar un pasillo desde la terminal del puente aéreo hasta la calle. Las puertas se abrieron y una nube de humo por las bengalas que se encendieron envolvió el autocar del Barça. Hubo cánticos, gritos y hasta hinchas encaramados sobre el techo de las marquesinas. Ronaldinho apareció moviendo al unísono el dedo pulgar y el meñique y Messi seguía atónito. En Barajas no paró de firmar autógrafos y hacerse fotografías con los seguidores que acompañaron al equipo. No lejos, el francés Giuly, el gran sacrificado, atendía a dos compatriotas suyos.

Fue una noche redonda para el Barça porque el equipo cumplió, pero muchos jugadores superaron desafíos personales: Ronaldinho demostró que merece el premio Balón de Oro; Eto'o, que no le alteró el ambiente que se intentó crear en su contra; Valdés se sacó la espina de los cuatro goles que le metió el Madrid en abril; Deco jugó por fin un clásico en el Bernabéu y Messi cumplió con creces la expectativa de los técnicos. Pero este equipo está hecho a la medida de Frank Rijkaard y evitó abrazar la euforia porque, como alguien contó, Puyol no tardó en gritar: "¡Eh! ¡Que aún no hemos ganado nada!". Si acaso, sí que hubo tiempo para las bromas. Ronaldinho, exultante, escuchó decir a alguien: 'Roni, a ver si algún día metes algún golito'.

Pese al gran partido de los azulgrana, el cuerpo técnico considera que les pudieron los nervios en el arranque y en los 18 minutos entre el 0-2 y el 0-3. Pero la máquina está engrasada porque ha encadenado cinco victorias consecutivas en la Liga con 16 goles a favor y uno en contra. Tras el ensayo, Eto'o, tranquilo, no se ensañó con su rival: "Vi al Madrid complicado. Si no estoy allí es porque no me quisieron. Pero no cambio el Barça por nada. La Liga está aún lejos y hay que sacrificarse y estar seguros de lo que estamos haciendo. Nunca imaginé ser ovacionado en el Bernabéu jugando con el Barça". Xavi contó que una de las claves fue que el Madrid dejó muchos espacios: "Me di cuenta viendo el partido que jugaron ante el Zaragoza, pero pensé que no iban a hacer lo mismo. No utilizan las bandas, pero, si fallan los laterales, al contrario le pueden venir muy bien. Siempre nos llegaban por el centro y nos juntamos para recoger los rechaces. Eto'o afrontó el partido con frialdad y mucha inteligencia y Ronaldinho vuelve loco a cualquiera. Es maravilloso".