_
_
_
_

Ségolène Royal emerge como alternativa en el socialismo francés

El primer secretario del partido, François Hollande, trata de recuperar la unidad interna

Las diferentes fuerzas centrífugas del Partido Socialista francés (PS) intentaban anoche llegar a un acuerdo para salir de su 74º Congreso con una apariencia de cierta unidad. La corriente mayoritaria del primer secretario, François Hollande, pretende conseguir una resolución que integre a los contrarios a la Constitución europea del ex primer ministro Laurent Fabius y a los jóvenes de la corriente Nuevo Partido Socialista.

La distancia entre unos y otros y la herida todavía abierta que dejó el referéndum sobre la Constitución Europea, unido a las rencillas personales, ponen difícil que puedan reclamar ante la sociedad francesa que disponen de un proyecto conjunto de futuro. El diario Ouest France publicó el viernes otro sondeo demoledor para los socialistas. El 56% de encuestados pensaba que el PS está "alejado de sus preocupaciones"; el 67%, que los socialistas no tienen un proyecto para Francia y el 59% consideraba que la semana laboral de 35 horas, una de las medidas de referencia del Gobierno de Lionel Jospin, fue una mala reforma.

Los hollandeses, como se conoce a la estructura que controla el partido, tienen asegurado el control por otros tres años gracias al 53,67% que obtuvo su ponencia la semana pasada. Pero mientras Hollande y la cúpula dirigente se las veían y deseaban para recomponer la imagen de un partido roto, el foco político se posaba este fin de semana sobre una persona ajena a esta trifulca, pero que hizo pública su ambición de presentarse a las elecciones presidenciales de 2007.

Es una mujer, se llama Ségolène Royal y cuando anunció que se sumaba a la media docena de socialistas que se presentaban como candidatos, fue objeto de descalificaciones de corte machista que, a la larga, parecen haberle beneficiado. Nacida hace 52 años en Dakar (Senegal), de padre militar, su situación personal añade complejidad al envite, ya que es la pareja de Hollande, con el que tiene cuatro hijos. Poseedora de una belleza clásica que, aseguran sus colaboradores, esconde un carácter duro y ambicioso, forma parte de las élites francesas formadas en la Escuela Nacional de la Administración, donde conoció a Hollande.

Su figura política no ha parado de crecer, especialmente desde que en 2002 se hizo con la presidencia de la región de Poitou-Charentes, feudo del entonces primer ministro Jean-Pierre Raffarin. Las últimas encuestas la señalan como la candidata preferida en el campo de la izquierda, por delante de Jack Lang o Bernard Kouchner, y a enorme distancia del padre de sus hijos. Y este fin de semana fue, sin duda, la protagonista silenciosa -porque no intervino en ninguna sesión- pero emblemática del congreso de Le Mans.

Ségolène y François intentan no aparecer juntos en público. No les resulta complicado porque tienen dos carreras que funcionan por separado. Mientras Hollande es el clásico militante del aparato y trabaja en la sede del partido, Royal -que fue ministra de Asuntos Sociales y Familia con Jospin- no tiene ningún cargo específico en el PS y trabaja en la sede del Gobierno regional.

En los congresos, sin embargo, les resulta inevitable aparecer juntos, aunque sólo sea por razones prácticas. Pero cuando entran o salen del coche, dejan pasar un intervalo de tiempo entre uno y otro para evitar la imagen de pareja política. El viernes, llegaron juntos en tren a Le Mans. En la estación les esperaba una nube de fotógrafos y cámaras. Primero bajó Hollande, y detrás suyo Royal. Ambos empezaron a andar por el andén seguidos por las cámaras. Habían recorrido unos metros cuando ella se detuvo para establecer una distancia entre ambos. Los periodistas frenaron en seco, dudaron un momento, y la mayoría optó por quedarse junto a Ségolène Royal.

Ségolène Royal, la compañera del primer secretario socialista, François Hollande, en una foto de agosto pasado.
Ségolène Royal, la compañera del primer secretario socialista, François Hollande, en una foto de agosto pasado.AFP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_