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Reportaje:

David contra Goliat en la cúpula patronal

Un sector apoya a Rosell contra Cuevas y la "falta de transparencia" en la CEOE

Un abogado palentino de 51 años llamado José María Cuevas fue elegido presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) el 23 de mayo de 1984. Relevaba en el cargo a un catalán, Carlos Ferrer Salta. Transcurridos 21 años, Cuevas continúa al mando de una nave que aglutina ya a más de dos millones de empresarios y que se ha erigido en patronal de patronales. Ha gozado de un apoyo mayoritario en la CEOE, un cambio de estatutos le ha permitido renovarse en el cargo y nadie se ha atrevido a disputarle la presidencia.

Hoy, sobre el trasfondo espinoso de una nueva negociación con Gobierno y sindicatos para reformar el mercado laboral, José María Cuevas prepara las próximas elecciones en la CEOE, que se convocarán este diciembre, "convencido de que será reelegido" por séptima vez, según asegura con vehemencia uno de sus partidarios. Sin embargo, a Cuevas le ha salido una china en el zapato llamada Juan Rosell, que enarbola la bandera de la "renovación".

El 'aparato' de la patronal española cree que Rosell "no tiene la menor posibilidad"
Por primera vez Cuevas se enfrentará a un rival, que lanzará un mensaje de renovación

Este ingeniero industrial de 48 años, que preside la patronal catalana Fomento del Trabajo desde hace 10, no ha oficializado aún su candidatura alternativa ni ha hablado de su programa. Pero en Fomento son conocidas y compartidas sus ideas generales sobre la CEOE: la patronal debería "modernizarse y dejar de ser un coto cerrado, una carcasa de burocracia, cada vez con más vicepresidencias y una máquina funcionarial a la que le falta transparencia porque no se sabe ni cuánto cobra el presidente", resumen fuentes de la patronal catalana, partidarias de una colaboración estrecha con las cámaras de comercio.

En la sede de la CEOE dan por hecho que Juan Rosell no tiene la más mínima posibilidad de ganar; que, sencillamente, "va a estrellarse". Incluso dudan de que se atreva a presentarse. Y añaden en tono de disgusto que los estatutos de la organización "están pensados para que sólo haya un candidato". Los 763 delegados con derecho a voto (sumadas las asociaciones de los distintos territorios y las que representan a los sectores) deberán elegir una nueva junta directiva, además de elegir al presidente. "La presencia de un segundo candidato puede abrir un cisma", advierten los portavoces del actual presidente.

CEOE enfatiza, además, que su estructura es "ágil y funciona con sólo 108 personas". Se financia en un 90% con cuotas empresariales y sus ingresos ascienden a 11,8 millones de euros al año. Las cuentas arrojan un ligero superávit (ver cuadro).

En las últimas semanas, en Fomento se han recibido numerosas llamadas sobre la afrenta, hoy todavía una sombra, con "muchas presiones" y acusaciones de "traición". Fuentes próximas al presidente de esta patronal y de Uniland, que vio cómo acababa en un cajón el documento sobre la modernización de la CEOE que le había encargado el propio Cuevas, aseguran que Rosell ya tiene el preceptivo aval de 20 delegados de cinco organizaciones distintas y el exigido apoyo de 100 representantes de todas las organizaciones. "Con poco más de 300 votos, puede ganar", insisten.

En las sucesivas contiendas, Cuevas ha ganado por unanimidad, a la rumana. Era candidato único. Pero la hemeroteca permite rescatar que, en su estreno electoral de 1984, de casi 600 posibles electores, votaron sólo 422 (402 dieron el sí a Cuevas y 20 votaron en blanco). En 1987 votaron sólo 372 de 620 delegados (365, afirmativamente, seis en blanco y uno nulo). En 1990 votaron 418 de 620 (400 que sí y 18 en blanco). En 1994 llegó el peor de los resultados, ya que de 680 votaron únicamente 341 (y sólo 284 lo hicieron afirmativamente; 56 en blanco). En 1998 podían haber votado 702 y se decidieron a hacerlo 363 (333 a favor y otros 30 en blanco). En 2002, la cosa mejoró y, de más de 700, apoyaron a Cuevas 467, y 11 lo hicieron en blanco.

Aunque el catalán confíe en la movilización de los delegados, lo cierto es que en las últimas semanas el alud de apoyos públicos que ha recibido el actual presidente ha sido arrollador. "O Rosell se está moviendo en secreto y no nos enteramos, o no sé qué está haciendo. Si sigue así se lo van a comer", se lamenta un conocido empresario catalán partidario del propio Rosell. En Fomento se confía en entrar en las organizaciones sectoriales y, desde ahí, penetrar en las poderosas y cerradas organizaciones territoriales. En votos, las sectoriales pesan el doble que las territoriales.

La patronal de Madrid, CEIM, y la propia Fomento son las que tienen más peso entre las territoriales (ver cuadro), con 45 delegados cada una. Entre las sectoriales, la construcción, el metal y las telecos son la caza mayor.

"Los territorios somos la esencia de la CEOE", declara Antonio Fontenla, presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, una de las numerosas asociaciones que han salido a apoyar a Cuevas. "En un clima tan malo para España, con el precio del petróleo por las nubes, la inflación al alza y reformas estatutarias que pueden romper la unidad de mercado, se busca una mano experimentada como Cuevas", añade.

Junto a la cúpula del empresariado gallego, la patronal valenciana Cierval también ha dado su apoyo "unánime" a Cuevas, pese a que supuestos firmantes de la carta lamentaron que no se les hubiera consultado. La patronal CEIM -cuyo presidente Gerardo Díaz pasa por ser un posible delfín de Cuevas- también le echó un capote. Lo mismo que las patronales de Castilla-La Mancha, Andalucía, Murcia, Aragón, Navarra, Canarias o Asturias. También patronales sectoriales como la de los pesos pesados de la gran distribución, la construcción, las papeleras, la minería, la limpieza, la enseñanza o las empresas de trabajo temporal han dado su palmadita pública a Cuevas.

"¡Anda ya! La CEOE debe abrir una nueva etapa con nuevo equipo. El actual lo ha hecho bien, magnífico. Pero está agotado. Pedimos que la patronal no tema abordar la renovación con altura de miras, que deje paso a un nuevo impulso", pide Antoni Abad, presidente de la patronal catalana CECOT y uno de las pocos que defienden públicamente a Rosell. Sí ha habido promesas de "acompañarle en la aventura" que emprenda como las del presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls. Ni un guiño fuera de Cataluña.

Para dar el paso, Rosell espera a la convocatoria electoral. En privado, su compromiso es "firme"; no sólo el de presentarse, "sino el de no retirarse, aunque lo tenga difícil", puntualiza un directivo de una gran empresa tecnológica española. "¿Hasta el final, Juan?, le pregunté. Me contestó: ¡Hasta el final!", corrobora el presidente de una asociación empresarial catalana.

Cuevas eligió anunciar que se presentaría a la reelección cinco meses antes de la contienda. A mediados de septiembre, el ambiente se había caldeado con el asalto de la catalana Gas Natural sobre Endesa y el debate sobre el Estatuto catalán ya ardía. Rosell, consejero de Endesa y también de empresas participadas por La Caixa, fue uno de los firmantes de un manifiesto empresarial que reclamaba a todos los partidos que alcanzaran de una vez un acuerdo sobre la reforma, tras meses de largo y farragoso debate político. Otro de los firmantes, el director general de La Caixa, Isidre Fainé, se encargó de presentar a Cuevas hace pocos días en un acto en calidad de presidente de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos, enfatizan en la CEOE, que acaba de aprobar un duro documento contra los cambios de los Estatutos.

Un empresario de una organización sectorial de peso adscrita a la patronal reflexiona: "Puede que sea cierto que la CEOE necesita un relevo. Pero, o lo promueve el propio Cuevas, o será complicado. Mientras él continúe, no hay alternativa que gane. Cuevas ha construido la CEOE, se ha dedicado en ella en cuerpo y alma".

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