La FIFA actuará con dureza contra Turquía por la violencia en Estambul
Los suizos dicen que en el túnel de vestuarios les agredieron sus rivales, policías y agentes de seguridad
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, anunció ayer la creación de una comisión que investigará los hechos violentos sucedidos el miércoles en el estadio Sukru Saracoglu, de Estambul, tras el partido Turquía-Suiza, en el que la selección helvética, pese a perder por 4-2, se clasificó para la Copa del Mundo de Alemania 2006, y anunció que se actuará con dureza. Varios futbolistas suizos fueron agredidos en el túnel de los vestuarios por, denuncian, policías, agentes de seguridad y miembros del equipo turco, que se arriesga a ser excluido de la fase clasificatoria para el Mundial de 2010.
"Lo digo no como suizo, sino como presidente de la FIFA: actuaremos y lo haremos con dureza", advirtió ayer Joseph Blatter, aún avergonzado por lo que había contemplado, menos de 12 horas después de uno de los finales más violentos que se conocen de un partido de fútbol entre selecciones nacionales. "Fue antijuego limpio. Los turcos tuvieron la oportunidad, después de la derrota en la ida [2-0: Suiza ganó la eliminatoria por el valor doble de los goles en campo ajeno en caso de empate global] de actuar como buenos anfitriones y mostrar que en el fútbol no se actúa por venganza. Pero algo no va bien en el fútbol actual".
El primer paso de la FIFA ha sido la formación de una comisión de investigación que llamará a declarar a todos los implicados en los hechos después de haber estudiado detenidamente los informes de su delegado, del encargado de la seguridad, del árbitro, el belga De Bieeckere, y del cuarto colegiado.
El Comité de Disciplina estudiará luego las conclusiones y decidirá antes del 9 de diciembre, día del sorteo de la fase inicial de Alemania 2006. Las sanciones para Turquía podrían suponer incluso su exclusión de las rondas clasificatorias para el Mundial de Suráfrica 2010. También sufrirá una sanción la federación suiza por los incidentes de la ida, así como algunos de sus jugadores, que participaron en la trifulca. "Lo que diga la investigación", puntualizó Blatter; "si algún suizo es culpable, también se irá contra él".
La primera afrenta, según los turcos, la sufrieron ellos en la cita de Berna. Por un lado, recibieron un número escaso de entradas, 4.000, para sus seguidores. Por otro, los espectadores silbaron su himno nacional.
Dos hechos que fueron suficientes para que, en los cuatro días que mediaron entre ambos encuentros, el seleccionador turco, Faith Terim, pudiera calentar el ambiente en Estambul y a la afición en contra de los helvéticos, tal y como pudieron comprobar éstos nada más aterrizar en la ciudad turca.
El simple trámite aduanero se convirtió en una pesadilla, según relataron los periodistas suizos desplazados con su equipo. Los agentes los recibieron con pancartas en su contra, los retuvieron más de dos horas y los insultaron y amenazaron. Al cabo, la selección abordó su autocar bajo una lluvia de huevos y tomates y sin equipaje, el cual llegó horas más tarde a su hotel, ante la aparente indolencia policial. Aquella noche, la del lunes, ni pudo entrenarse. No recibió permiso. Hubo de recurrir a su embajada suiza y al Ministerio de Asuntos Exteriores para que el martes su estancia fuera más tranquila.
Nada más terminar el partido que les daba el pasaporte para Alemania y bajo una cascada de objetos, uno de los cuales alcanzó a su entrenador, Kobi Kuhn, los suizos tuvieron que correr hacia los vestuarios. Uno, Huggel, se entretuvo, eso sí, dando una patada al segundo entrenador turco, Ozdilek, y después se lanzó a por el defensa Ozalan antes de caer ambos al suelo en medio de una gresca generalizada. "Lo hizo en legítima defensa", dijo el portavoz de su cuadro, Pierre Benoit.
Aún tenía que pasar por el túnel. "Allí, algunos jugadores fuimos atacados por los turcos y por la propia policía, que, en teoría, estaba para protegernos y que también se dedicó a impedir que las cámaras pudieran grabar lo que ocurría", explicó el centrocampista Lonfat; "a mí me dijeron que me iban a rajar el cuello, pero el peor parado fue Grichting, que recibió una patada en el bajo vientre y tuvo que acudir al hospital".
La televisión pública turca informó de que el culpable de los incidentes fue Huggel y de que Grichting no tenía nada, pero la delegación suiza informó de que se temió que padeciera una perforación en el aparato urinario, que le tuvieron que poner un catéter y que será baja al menos durante diez días.
El vicepresidente de la federación turca, Sekip Mosturoglu, reaccionó con fuerza a las declaraciones de Blatter: "Son las opiniones de un seguidor de la selección suiza, no las de un presidente de la FIFA. También nosotros tenemos quejas bien documentadas contra Suiza y las expondremos ante la FIFA".
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