Miedo y fenómenos paranormales

Fear significa 'miedo' en inglés, aunque este título juega con el doble sentido de que son las iniciales de First Encounter Assault Recon, las que identifican a una fuerza especial de asalto contra fenómenos paranormales. Monolith propone una aventura en la que se toma el papel de un soldado que deberá enfrentarse a una misión que parece una pesadilla de Stephen King.

Un experimento secreto del gobierno ha escapado de su control y ahora el comandante Paxton Fettel está usando un ejército de clones que obedecen de forma telepática para sus extraños y sanguinarios propósitos. Capturar a Fettel es el objetivo principal. De nada serviría enfrentarse sólo a los clones, ya que se multiplican más rápido de lo que se les puede eliminar.

Disfrutar plenamente de este disco pasa por apagar las luces, conectar el equipo de sonido con algo de volumen -a ser posible que sea un sistema envolvente de cinco altavoces- y poseer un ordenador muy potente, porque el juego peca de dos cosas: requisitos técnicos muy elevados, en algunos momentos incluso imposibles, y duración algo corta, entre 10 y 15 horas. Sin embargo, con estas recomendaciones se crea una atmósfera difícil de igualar.

A lo largo de las escenas se producen apariciones de una niña que causa explosiones, cadáveres ensangrentados que aparecen por un pasillo y que al buscarles han desaparecido, cuervos que dan sobresaltos arrancando a volar estrepitosamente desde detrás de una caja, alucinaciones en las que no se distingue lo real de lo imaginario y un largo etcétera de fenómenos parapsicológicos.

El protagonista no está en el equipo FEAR por casualidad. Posee un poder que le permite lentificar el tiempo y ser así más eficaz en sus acciones al contar con esta ventaja frente a los enemigos. Max Payne introdujo esta novedad en los juegos y ahora son muchos los títulos que lo aplican. Durante el tiempo bala, que está limitado a unos segundos, incluso el sonido se oye más lento, como en un casete sin pilas. Dado el altísimo nivel gráfico, es en estos momentos en los que se aprecia el detalle con el que están realizados los personajes, el efecto que producen las explosiones y el juego de luces que acompaña convincentemente toda la acción para crear un ambiente sórdido y desquiciante.