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Un deporte que sólo para un mes

El debate está abierto. Pero la solución no se vislumbra. ¿Qué ocurre en el circuito para que los casi todos los tenistas lleguen lesionados al final? El Masters de Shanghai es la prueba más evidente de que algo no está funcionando. No han acudido el estadounidense Andy Roddick por problemas en la espalda, el ruso Marat Safin por una lesión de rodilla y el australiano Lleyton Hewitt alegando molestias, pero básicamente para asistir al nacimiento de su primer hijo. Ayer se fueron Nadal y Agassi. Es decir, de los ocho primeros de la temporada sólo tres están en la cancha. Y no en plenitud: Federer acaba de salir de una lesión de ligamentos en el tobillo derecho y Davydenko se queja de problemas en un hombro y una muñeca.

"Es cierto que todos llegan tocados al final del curso", reconoce Benito Pérez Barbadillo, responsable de Comunicación del ATP Tour; "sin embargo, esta vez hay también un componente de mala suerte: la mayoría de las lesiones no han sido por estrés, sino por torceduras o situaciones aleatorias".

La cuestión es que la campaña es larguísima y cada vez más dura. Se inicia a principios de enero y concluye esta semana, o sea a mediados de noviembre: a los jugadores sólo les queda un mes de vacaciones, que deben aprovechar para realizar una buena pretemporada. En enero les llega ya el primer plato fuerte, el Open de Australia, que los más desearían trasladar a febrero. Pero el calendario es exigente e inflexible. No quedan semanas libres más que para la Copa Davis y las competiciones del Grand Slam.

En total, 68 torneos. Y la principal dificultad es que cada vez son más importantes -en puntos y dinero- los que se juegan en superficies rápidas o interiores, que castigan especialmente las rodillas, los tobillos y las musculaturas. Veinte de ellos son en pistas duras exteriores, 17 en pistas rápidas cubiertas -siete de éstas se juegan en moqueta, como el Masters-, seis en hierba y 25 en tierra batida.

La cuestión fundamental es que los tenistas suelen jugar demasiados torneos a lo largo del año. El ATP Tour obliga a que los 50 mejores del mundo disputen los cuatro del Grand Slam, los nueve del Masters Series y otros cinco que deja a su libre elección. Si no juegan alguno de ellos, se les coloca un cero en su clasificación, lo cual ya es una penalización. Incluso se les multa si dejan de jugar algún masters series sin justificación médica o personal, aunque de forma extraoficial pueden renunciar a dos.

Así que deben jugar unos 15 torneos. Son exactamente los que jugó Federer, que llegó al Masters con 77 victorias y 3 derrotas. Nadal disputó ¡21! y acabó con 79 victorias y 10 derrotas. Los dos ganaron 11 trofeos. Y ése fue su problema, ya que les obligó a jugar más partidos que otros jugadores que alcanzaron casi los 30 torneos, pero que fueron cayendo siempre en las primeras rondas.

"Es cierto que hay jugadores que se inscriben en demasiados torneos y lo hacen por dinero, pero éste no es el caso de los primeros del mundo", concluye Pérez Barbadillo.

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