El PP de Salamanca

Ante la burda campaña publicitaria -pagada con el dinero de todos- promovida por el Ayuntamiento de Salamanca (PP) contra la devolución de los papeles del archivo, con la edición de un díptico titulado "Venceréis pero no convenceréis", parafraseando la cita que Unamuno espetó al embajador de la muerte, Millán Astray, en el paraninfo de la Universidad el 12 de octubre de 1936, como salmantino y español no puedo sentir más que indignación, repugnancia y asco.

Conociendo la historiografía reciente, es un insulto a la inteligencia que quienes son los herederos espirituales e ideológicos de los que vituperaron al gran rector de nuestra Universidad, los hijos de quienes le mantuvieron en arresto domiciliario desde entonces hasta su muerte, el 31 de diciembre del mismo año, los descendientes de quienes incautaron documentos a punta de pistola, expoliaron y robaron papeles ajenos y por la fuerza a las personas que no eran de la cuerda ideológica del franquismo, depositados en el archivo de la guerra civil, utilicen, se adueñen y profanen ahora las palabras que Unamuno dirigió a la intransigencia fascista encarnada en el vil y pusilánime jefe de la Legión.

Es un ataque a las entrañas mismas del sentido común que quienes hace tan sólo dos años apoyaron sin fisuras una guerra ilegal contra Irak, basada en mentiras intencionadas, y que por desgracia tiene todavía tétricas consecuencias (siguen muriendo cientos de personas por la revitalización del terrorismo islamista donde no lo había e, incluso, en el aspecto económico, el precio del petróleo se ha disparado escandalosamente), se conviertan en mártires por el mero hecho de que se haga justicia y se entreguen los "papeles de la guerra" a los herederos de sus legítimos propietarios, cuando, además, se ha aprobado por el Gobierno la creación en Salamanca del gran centro documental de la Memoria Recuperada, que incrementará los documentos (originales y copias idénticas) sobre ese periodo de la historia y aumentará considerablemente el número de puestos de trabajo al servicio del nuevo centro.

Y todo esto cuando, después de 18 años gobernando el PP en la comunidad autónoma y 10 en el Ayuntamiento charro, tenemos una provincia con unas ca-rreteras tercermundistas, una asistencia sanitaria precaria e insuficiente, multitud de pueblos que se abastecen de agua con camiones cisterna, no se ven las cadenas privadas de televisión y no tienen cobertura los teléfonos móviles en muchas zonas y sufrimos una despoblación alarmante por carecer de medios de vida dignos en un Estado social y democrático de derecho. Paradojas del destino.