"Los disturbios son un asunto socioeconómico"
Lord Anthony Giddens fue el teórico de la tercera vía de Tony Blair. En la actualidad está elaborando un informe para la Unión Europea sobre el futuro del modelo social europeo.
Pregunta. El modelo social europeo del Estado del bienestar ya se enfrentaba a los retos de la globalización y una sociedad que envejece. Ahora, los disturbios en Francia revelan otro desafío: el fracaso en la integración de las poblaciones inmigrantes. ¿Qué está sucediendo?
Respuesta. Francia tenía ya muchos problemas. No posee un sistema de bienestar sostenible. No ha prestado suficiente atención a la integración del tipo de gente que está ahora en la calle. El telón de fondo de estos disturbios es un índice de desempleo que es persistentemente elevado, sobre todo entre los jóvenes. No es algo que ocurra en toda Europa, ni mucho menos. El Reino Unido sólo tiene un índice de paro del 3,4%. Tiene un mercado de trabajo eficaz. Es decir, el modelo social europeo sigue trayectorias distintas en unos Estados y otros y, por consiguiente, afronta diferentes retos.
"En Europa sólo trabaja el 33% de los hombres mayores de 58 años. Es preciso revisar por completo la idea de la jubilación temprana en la UE"
P. Tony Blair predica al resto de Europa la necesidad de reforma. ¿No es precisamente ése el tipo de política que necesita Francia si quiere crear empleo para los jóvenes inmigrantes amotinados?
R. Sí. Tony Blair dijo en junio, con razón, que un modelo social europeo que acepta que haya 20 millones de parados necesita una revisión. Ése es el proyecto en el que estoy participando. Los países con mercados de trabajo sin reformar -Francia, Alemania e Italia- son justo en los que se concentra el desempleo. Todos los países europeos que han prosperado en los últimos 10-15 años lo han logrado gracias a unos mercados de trabajo más flexibles, sin llegar a los mercados americanos con su facilidad para contratar y despedir. En términos generales, ¿qué significaría la reforma para estos cruciales países europeos? Más inversión en investigación y tecnología; la reorganización de la enseñanza superior, incluyendo unas tarifas apropiadas por la educación y unos mercados de capitales más abiertos, que creen un entorno atractivo para las inversiones.
P. ¿Los inmigrantes que pueden pagar las pensiones de los mayores no son fundamentales para la supervivencia del modelo social europeo?
R. Países como Francia, España e Italia tienen los índices de natalidad más bajos de la historia. Llama la atención especialmente en Italia, que es un país tan católico. Creo que esta contradicción es consecuencia de la revolución feminista. Las mujeres que desean trabajar no tienen protección fuera de la familia tradicional, así que dejan de tener hijos.
La gran diferencia demográfica entre la UE y EE UU se debe a la larga oleada de inmigración que tienen allí. Eso es lo que hace que la sociedad estadounidense se mantenga joven y renovada.
La inmigración puede ayudar a resolver la crisis de las pensiones en Europa, pero no puede solucionarla. Para ello sería precisa una entrada inmensa de inmigrantes. Por supuesto, otra forma de responder es considerar la edad como algo positivo, como hacen cada vez más en Estados Unidos, y garantizar que la gente mayor tenga derecho a trabajar.
En Europa sólo trabaja el 33% de los hombres mayores de 58 años. En Estados Unidos, esa cifra alcanza el 60%; en Japón, el 66%. Es preciso revisar por completo la idea de la jubilación temprana en Europa.
P. ¿Los disturbios en Francia son principalmente consecuencia de la desigualdad socioeconómica, o desempeñan algún papel la cultura y la religión islámicas de los jóvenes inmigrantes?
R. En mi opinión, es un asunto socioeconómico, sobre todo. Es un fenómeno que puede esperarse en un país en el que una gran proporción de la juventud nunca ha tenido trabajo, ni siquiera algunos muy preparados.
© Global Viewpoint. Traducción de M. L. Rodríguez Tapia.
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