El camino de Oriente

Encargar en el siglo XXI a Bioware que desarrolle un videojuego ofrece las mismas garantías de éxito que si en el XX se le pedía a Picasso que pintara un cuadro. Microsoft lo debió intuir cuando compró el estudio responsable de sagas como Baldur's gate o Star wars: caballeros de la antigua república.

Huyendo del pragmatismo y abordando un reto aún más difícil, el estudio delegó en la gente de Obsidian el desarrollo de la segunda parte del título basado en las películas de George Lucas para poder concentrarse en crear una licencia nueva.

Lo fácil hubiese sido tirar del filón de los jedis y compañía, pero prefirieron poner a prueba la confianza que Microsoft ha depositado en sus capacidades creativas y saltar al vacío con Jade empire. Historia oriental totalmente nueva, personajes insólitos, contexto original y profundidad argumental son los pilares sobre los que se sustenta una aventura sólida y majestuosa como una montaña.

Las preguntas atormentan la cabeza del huérfano que protagoniza la historia. Se ha formado en las artes de la lucha y el control de la mente desde bien pequeño en una escuela fronteriza de Dos Ríos, bajo el reinado del emperador Sun Hai.

Sólo la Larga Sequía, que agrietó la tierra durante 10 años seguidos, fue capaz de romper la paz que había conseguido la dinastía Sun. Ahora empieza un largo viaje en busca de respuestas que le obliga a caminar más allá de la seguridad de Dos Ríos donde la amenaza de poderosos espíritus está siempre al acecho.

El huérfano puede ser un chico o una chica, según la elección del jugador entre los seis individuos ofrecidos al iniciar la partida para crear al personaje protagonista. Las facetas vienen prefijadas y la única distribución posible es la de los puntos entre las características principales de espíritu, cuerpo y mente.

La experiencia acumulada durante la aventura y cómo se reparta entre estas características definirán no sólo cómo luchará o cómo utilizará sus cualidades especiales para el combate, sino que además se forjará el carácter del personaje.

Una mayor vitalidad implicará capacidad para intimidar a los habitantes que se detengan a charlar con él; cuanta más elevación del espíritu, mejores dotes para intuir qué se esconde tras cada respuesta, lo que se traduce en diálogos más complejos; la facilidad para concentrar la mente abre nuevas expresiones por la capacidad de adivinar qué piensan los contertulios.

Voces en inglés

Está claro que las conversaciones y la interacción con los moradores del lugar forjan la trama. La editora ha preferido no doblar las voces en inglés, excelentes por otra parte, y hacer la traducción mediante subtítulos, algo que hubiesen tenido que hacer de todas formas ya que muchos personajes hablan un idioma inventado por Bioware que toma como base el mandarín y otras lenguas.

La palabra rol, cuando se aplica al universo de las consolas, no tiene una equivalencia exacta como cuando se hace en PC. La complejidad deja paso a la acción. En Jade empire la mitad del tiempo se pasa luchando, solo o en compañía. A lo largo del periplo aparecen varios personajes dispuestos a convertirse en escuderos y ayudar al protagonista en sus peleas. Poco hay que decirles para que se empleen a fondo contra los enemigos que tratarán de impedirle el paso. Basta con seleccionarles de la lista de candidatos e inmediatamente se pondrán a nuestras órdenes. Si decaen en la batalla, se recuperan por sí solos una vez ha pasado el peligro.

Escenarios paradisiacos

El panorama visual que se abre ante el jugador es impresionante. Son escenarios paradisiacos, cordilleras heladas y aparentemente inaccesibles, vaguadas rebosantes de vida vegetal y atareados poblados que, por desgracia, el motor gráfico no es capaz de mover con absoluta soltura. Pero es casi imperceptible. Todo lo contrario que las escenas próximas durante los combates, los movimientos son milimétricos y fluidos, a la par que muy vistosos, en especial durante las transformaciones en distintos animales del protagonista que se producen en medio de un espectáculo de luz y fuego.

Un amuleto en el que se van acoplando gemas preciosas a la vez que mágicas sustituye al clásico inventario. El control del personaje desde la vista en tercera persona es delicioso, principalmente por la posibilidad de cambiar con una sola pulsación de la cruceta entre los distintos estilos de ataque a puño descubierto o con armas.

Mediante la acumulación del poder mágico chi se consigue ejecutar la concentración, que se representa en pantalla por la ralentización del tiempo en el que se pueden efectuar los golpes con mayor precisión. Jade empire posee decenas de ingredientes sabiamente combinados que le convierten en un título esencial de Xbox.