"Para montar una compañía hace falta interés, no dinero"
Los trajes de Mijaíl Barishnikov le quedan como un guante. "Me ha regalado varios y no los he tenido ni que arreglar", dice Ángel Corella. ¿Hay manera más directa de señalar a un heredero? El bailarín más aclamado actualmente en el American Ballet, donde es estrella desde 1995, es un madrileño con 30 años recién cumplidos, simpático y decidido.Se formó con Víctor Ullate y hoy estrena en el teatro de la Zarzuela, donde se presenta con dos programas dedicados a Don Quijote y a Shakespeare. Ha aterrizado estos días en España con la intención de formar una compañía privada de danza clásica, que dependa de su fundación, para devolver al público de su país lo que, según él, "le han quitado hace muchos años".
"Van a venir empresarios de Estados Unidos a financiar la compañía"
"El ballet clásico no es cosa del pasado en absoluto. No sé por qué Duato nos ataca"
Pregunta. Usted, erre que erre con una compañía clásica. ¿No se ha cansado de darse cabezazos contra las paredes?
Respuesta. No, soy muy insistente y no me callo. Yo empecé a bailar porque quería ser bailarín clásico y me fui frustrado porque aquí no pude conseguirlo. Todos los países importantes tienen su compañía clásica, ¿por qué nosotros no?
P. Existía una.
R. Sí, pero desapareció, porque al dársela a Nacho Duato, él la transformó en una compañía de danza neoclásica, e hizo bien, la adaptó a su estilo. La culpa no es suya, es de quien le ha dejado hacerlo.
P. ¿Ha dicho neoclásica? Otros lo llamarían de forma distinta.
R. Sí, he dicho neoclásica, no contemporánea. Él hace danza neoclásica, es decir, con base clásica. Los coreógrafos en los que más se inspira son neoclásicos. Kilian es neoclásico, Forshyte es neoclásico. Pina Bausch es contemporánea.
P. ¿Y cómo piensa montar su compañía?
R. Es un sueño que vengo persiguiendo desde que me fui, aunque lo he estado organizando más a fondo desde hace cinco años. Los que nos hemos ido no lo hemos hecho por gusto, a mí me encantaría que España tuviera su ballet clásico. Quiero que sea grande, que cuente con 70 u 80 bailarines. El American Ballet tiene 98 en plantilla; hacer un Lago de los cisnes con menos es ridículo.
P. ¿Y con qué dinero?
R. Con patrocinadores privados. Van a venir empresarios de Estados Unidos a conocer la fundación, y espero que a financiar el proyecto.
P. ¿Vamos a tener que pasar por ese sofoco? ¿Como en Bienvenido, Mr. Marshall?
R. Como en Bienvenido, Mr. Marshall, pero sin pasar de largo.
P. ¿Y no le han llamado del Ministerio de Cultura?
R. No. Aunque sería deseable contar con todo el mundo.
P. Pero para esto de la danza clásica, en España, más vale acudir a un banco o una empresa de relojes que al Estado, por lo que se ve.
R. Ya se sabe, los gobiernos siempre dicen lo mismo, que no hay dinero para eso, pero para montar una compañía clásica hace falta interés, no dinero. Hay mucha desidia y nadie se pone a ello porque es duro intentarlo. En ópera era distinto, porque España ha tenido sus Plácidos y sus Carreras, que han apoyado mucho las cosas.
P. ¿Y no son las estrellas españolas que ahora triunfan fuera, como Tamara Rojo o usted, los Plácidos y los Carreras de la danza en los próximos años?
R. Yo miro más hacia el futuro que hacia el pasado. Llevamos 22 años sin una compañía clásica y creo que no van a pasar otros tantos sin que consigamos tener una.
P. Aunque los responsables actuales, como Duato, sostengan que lo suyo es cosa del pasado.
R. El ballet clásico no es cosa del pasado en absoluto. Tú hoy pones la palabra danza o ballet en Google y lo primero que te sale son el Royal Ballet, la Scala de Milan, el American Ballet... Compañías clásicas. No entiendo por qué se empeña en atacarnos, nosotros nunca le atacamos a él. Es más, yo he bailado coreografías suyas. Un bailarín clásico puede bailar neoclásico, pero en el caso contrario es más difícil. Estos días lo vamos a hacer, hemos incluido en el programa coreografías clásicas, pero junto a piezas de David Parson o Forsythe. Para nosotros es natural.
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