Arquitectura pirenaica puesta al día
HOTEL TIERRA DE BIESCAS, una propuesta de madera, hormigón y grandes vistas
Este invierno, quien planee una incursión por el valle oscense de Tena habrá de reparar a su paso por Biescas en un nuevo edificio que se aleja de esa evocación romántica por la que se reconocen muchos hoteles de montaña. La familia Lacruz ha invertido sus caudales en un proyecto arquitectónico valiente con el objetivo bien pensado de abrir el alojamiento a la naturaleza en lugar de protegerse contra ella.
A orillas del parque nacional de Ordesa, busca espacios abiertos y luminosos para el solaz de excursionistas, montañeros o viajeros en temporada baja. Francisco Lacruz Abad, hijo del propietario y a la sazón arquitecto, defiende en sus proyectos la contemplación panorámica de la montaña desde cualquiera de los rincones, tras los balcones, en las estancias, sobre las camas... Razón no le falta. La tecnología al uso abriga con suficiencia el edificio del exterior, por increíble que parezca detrás de los cristales.
HOTEL TIERRA DE BIESCAS
Categoría oficial: 4 estrellas. Paseo del Canal, s/n. Biescas (Huesca). Teléfono 974 48 54 83. Fax: 974 48 53 42. Internet: www.hoteltierradebiescas.com. Instalaciones: jardín, piscina exterior y climatizada, salas de convenciones para 300 personas, guardaesquís, gimnasio, sauna, salón con chimenea, cafetería, comedor San Pelay y asador Arrartiecho. Habitaciones: 33 dobles, 4 dobles especiales, 4 júnior 'suites' y 1 'suite'; todas con calefacción, aire acondicionado, teléfono, TV en color, minibar, carta de almohadas, albornoz y secador de pelo. Servicios: una habitación adaptada para discapacitados; no admite animales domésticos. Precios: 54 euros + 7% de IVA por persona en habitación doble, desayuno incluido; oferta de siete noches: 328 euros. Tarjetas de crédito: MasterCard, Visa y 6000.
Arquitectura ... 8
Decoración ... 6
Estado de conservación ... 9
Confortabilidad de habitacione ... 7
Aseos ... 7
Ambiente ... 6
Desayun ... 4
Atenció ... 8
Tranquilidad ... 8
Instalacione ... 7
Un generoso vestíbulo encamina al huésped hacia la recepción, primero, y al centro de las zonas comunes, presidida por una chimenea de doble cara diseñada como una pieza escultórica. El hilo minimal se devana en los salones, la zona fitness y el escenario de la piscina climatizada, entre listones de madera y segmentos de hormigón visto, respuesta invernal a la otra piscina descubierta que se columbra sobre el parterre alrededor del edificio, acharolado de hierba y mogotes arbustivos.
Ningún detalle escapa a la orfebrería conceptual de los propietarios. Ni el rigor de la obra gráfica expuesta en las paredes, firmada por conocidos pintores regionales. Ni la intención artística de las barandas que decoran la cortina de agua en el jardín.
Baño de burbujas
En la horizontalidad del edificio, fragmentado en varios cuerpos, se suceden los dormitorios y los mamparos de madera que dibujan sus balcones y terrazas. Líneas puras para no distraer la retina de lo realmente importante aquí: la grandiosidad de la montaña pirenaica. El resto huele a nuevo y sabe a recetario doméstico. Entarimado de madera, escritorio somero, cabeceros geométricos, camas de 2×2, fundas nórdicas, almohadas a la carta y bañeras de hidromasaje bajo lucernarios. Cuatro de ellos con terraza independiente y baño de burbujas cuentan, hoy por hoy, con las máximas preferencias de la clientela.
Queda por realizar el rodaje y ajuste de la restauración en los dos comedores del hotel. Especialmente el de los bufés de desayuno, merecedores de más atención culinaria y un servicio en mesa más personalizado. No en vano los hermanos Eduardo y Raquel Lacruz regentan también otro local de cazuela en Biescas: La Lifara.
ALREDEDORES
EN LAS CERCANÍAS del hotel hay múltiples propuestas para excursiones. En Piedrafita de Jaca se visita el parque faunístico de La Cuniacha. Sobre una extensión de 30 hectáreas se ofrecen a la observación turística seis recintos habitados por la fauna característica de los Pirineos. En Sabiñánigo, el nuevo parque temático Pirenarium, inaugurado en 2005, ofrece una representación a escala de los principales 120 espacios naturales y edificios emblemáticos del Pirineo aragonés, una maqueta que se extiende sobre una superficie de tres hectáreas. El parque cuenta, además, con una sala de conferencias, un restaurante y un cine panorámico conocido como Pirenascope. A sólo 500 metros se encuentra el Museo Etnológico Ángel Orensanz y artes del Serrablo, instalado en un típico caserón serrablés y considerado como uno de los mejores de España. A cuatro kilómetros, en el castillo de Larrés, se puede visitar un curioso museo de dibujo. En invierno, Sabiñánigo es puerta de entrada para las estaciones de esquí de Formigal y Panticosa, en el valle de Tena.
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