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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Madrid impone su músculo

El equipo de Maljkovic gana la batalla por el rebote y sentencia a Unicaja

De nada sirve tener a Marcus Brown en nómina, ex del CSKA y posiblemente el mejor escolta de Europa, ni que Garbajosa abuse del aro con una exhibición de triples o de jugadas en el poste bajo, si regalas los rebotes a los de enfrente. Si encima se trata del Real Madrid, una legión de tipos peleones domados por la fusta de Maljkovic, puedes darte por perdido. Por ahí se le fue el partido a Sergio Scariolo, entrenador de Unicaja, que no encontró sortilegio para el maleficio que los malagueños sufren en la Euroliga. En su sexta participación en la élite volvieron a caer en el primer encuentro.

Pese a las estridencias del electrónico, el Madrid sufrió de lo lindo para superar a su verdugo en la Copa del Rey. Y eso que la aportación del pívot puertorriqueño Santiago se antojó fundamental; su dominio en la pintura atrasó la victoria de los niños malos de Maljkovic que, una vez más, se crecieron cuando se masca la tragedia en Vistalegre.

REAL MADRID 88 - UNICAJA 77

Real Madrid: Bullock (11), Sonko (0), Gelabale (17), Reyes (17), Hamilton (4) -equipo inicial-; Tomas (6), Rakocevic (15), Hervelle (18) y Hernández Sonseca (0).

Unicaja: Sánchez (2), Brown (19), Herrmann (5), Garbajosa (21), Santiago (12) -equipo inicial-; Cabezas (11), Risacher (2), Pietrus (2), Rodríguez (0) y Makshantev (3).

Arbitros: Kokoulekidis (Gre.), Christodoulou (Gre.) y Maestre (Fra.). Excluyeron por personales a Rakocevic (m. 37) y Santiago (m. 38).

8.000 espectadores en el Palacio de Vistalegre.

1º CUARTO: 24-23

2º CUARTO: 23-21

3º CUARTO: 25-15

4º CUARTO: 16-18

La pelea es lo suyo. Esa es la sensación que dan Gelabale, Reyes y Hervelle, que se lo pasan en grande en todo tipo de batallas, sobre todo cuando el tablero escupe el balón. La visión de Hamilton, dolido de un hombro por un choque fortuito cuando su gente ganaba por 14 puntos resume el espíritu guerrero de los madrileños. Mientras le atendía el médico, Boza Maljkovic le miraba complacido por su esfguerzo. El trabajo bonito se lo dejan a Bullock y Rakocevic, que masacran con sus recursos los esquemas defensivos de cualquier equipo. El estadounidense ha dejado de tirarlo todo, y cuando se aburre de entrar a canasta o de enchufarlas desde la raya de 6,25 metros le cede los focos al serbio. Sus penetraciones y su puntería desde el perímetro abrieron la caja de los truenos y dilapidaron las opciones de Unicaja.

Hasta el momento en el que los madridistas rompieron la baraja, con un parcial de 25-10 al final del tercer periodo, la conexión de Pepe Sánchez con Garbajosa y el argentino Herrmann pintaba golosa para Scariolo. Un torbellino de juego lejos del exhibido en el primer cuarto, que dejó un intercambio de golpes que más tenían de tanteo que de peligrosos.

Roto el guión a falta de 15 minutos, el Madrid no redujo las marchas, dejando una imagen temible para el resto de contertulios del grupo, donde el Ulker de Estambul o el CSKA moscovita pelearán por el control del gallinero. Pensando en futuros pulsos, los campeones de Liga optaron por enviar cuanto antes el mensaje de que nadie les tose en el recreo.

El único punto flaco del Madrid son las pocas prestaciones de su gigante Sinanovic, que no termina de aclimatarse a los entresijos de la competición. Por muy alto que sea (2,21 metros), sus tres años de experiencia pesan mucho. Maljkovic deberá pulirlo a fondo; si no cuenta con un banquillo profundo se las verá tiesas para ganarse un puesto en la Final Four de Praga.

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