Un remate cada 3,27 minutos y el primer gol en 43 segundos
El Barcelona arrasó al Panathinaikos en una noche de fútbol tan espectacular que muchos de los asistentes al Camp Nou llegaron tarde a la primera entrega y no fueron pocos a quienes el primer gol, marcado por Van Bommel, les pilló comprando bocadillos por los pasillos del Camp Nou. "De todo, me quedo con la primera jugada", aseguró Txiki Begiristain llegado el descanso, cuando el Barça ganaba por 4-0 y llevaba 18 remates acumulados sobre la portería de Galinovic. Se refería el director deportivo del club azulgrana a los primeros 43 segundos del partido, a los 15 pases que se iniciaron con el saque inicial y terminaron con el portero de los griegos recogiendo de las redes de su portería la vaselina con la que Van Bommel culminó la jugada, un tiralíneas para el recuerdo que resume, según Begiristain, "el espíritu de juego de nuestro equipo".
Pitó el árbitro holandes Reneé Temmink el inicio del partido y Ronaldinho se la dio a Eto'o, que la pasó atrás, para Xavi. Los dos puntas griegos se fueron a por él y el catalán retrasó el balón, para Edmilson, que lo jugó con Puyol; Puyol a Valdés, Valdés a Edmilson y el brasileño y el capitán la jugaron hasta que apareció ofreciéndose sobre el medio campo Eto'o. El delantero camerunés la jugó para Iniesta que, encarando, vio el desmarque de Van Bommel. El holandés, lanzado, la tocó sutilmente con su pie derecho para que el Barça lograra uno de los goles más rápidos en la historia de la Liga de Campeones. El más rápido lo consiguió Gilberto Silva, del Arsenal, que marcó a los 20,07 segundos del partido ante el PSV Eindhoven el 25 de septiembre de 2002, seguido por el logrado por Alessandro Del Piero para la Juventus contra el Manchester United en octubre de 1997, a los 20,12 segundos.
Le supo a poco al equipo de Rijkaard que, desmelenado, zarandeó como a un pelele al único equipo, junto al Alavés, al que hasta el momento no había sido capaz de marcarle un gol (0-0 en el partido de ida) esta temporada. Durante la primera parte, los jugadores azulgrana chutaron 17 veces más entre los tres palos y se fueron al vestuario con un marcador contundente como lo fue su exhibición de juego: 4-0, curiosamente, sin haber botado un solo corner. Eto'o puso la guinda en la segunda parte con un golazo y el Barcelona cerró el partido con 26 remates -una media de uno cada 3,27 minutos-, y 17 de ellos a puerta.
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