El turno de Van Bommel

Ha llegado el turno de Van Bommel (Maasbracht, Holanda; 1977) o, al menos, la coyuntura abona su protagonismo. La lesión de Deco favorece su titularidad en el Barça, hoy, ante el Málaga; Van Basten le convocó ayer para el partido amistoso que Holanda disputará el 12 de noviembre contra Italia; en Múnich su nombre se baraja como sustituto de Ballack en el Bayern si finalmente el internacional alemán cambia de aires, y acaba de ser incluido en la lista de candidatos al Balón de Oro.

Aunque la situación invita al optimismo, Van Bommel se mantiene prudente. Al fin y al cabo, la lista facilitada por su seleccionador nacional es una preselección de 34 jugadores y el volante holandés recuerda que no jugó los dos últimos partidos de clasificación para el Mundial tras discutir con Van Basten sobre sus funciones en la cancha. Tampoco ha hecho caso al rumor que llega de Alemania sobre su futuro: "No me propongo un cambio de aires". Y, aunque admite que si hoy no juega en el Camp Nou "sería una decepción", añade: "No voy a pedir mañana la baja por ser suplente". Iniesta, por ejemplo, debe de pensar lo mismo.

Van Bommel sólo ha sido titular en un partido, en el campo del Betis, en el que marcó un gol de cabeza -el único de su cuenta, a la salida de una falta-, y ha participado en otros cuatro. El centrocampista azulgrana, mejor jugador holandés de la temporada pasada cuando se alineaba en el PSV Eindhoven, se distingue por su poderío físico -1,87 metros de estatura y 85 kilos de peso-, su dinámica de juego y su llegada. Jugador diestro, profundo y vertical, más ofensivo que defensivo, es contundente y tiene mentalidad ganadora. Desde que era niño y en verano se paseaba por Lloret con una zamarra del Barça, sueña con triunfar en el Camp Nou. De naturaleza optimista, sus compañeros le adoran por su vitalidad e integración. Van Bommel no desespera.