Eduardo Arroyo debuta en España en la ópera con Janácek y Grüber

El pintor y grabador español Eduardo Arroyo, considerado uno de los grandes escenógrafos europeos, debuta en España en un teatro lírico, el Real, con la última opera del compositor checo Leos Janácek, Desde la casa de los muertos. El director de escena es Klaus Michael Grüber, con quien Arroyo trabaja desde hace años prácticamente en exclusiva, y la dirección musical es de Marc Albrecht, discípulo de Claudio Abbado y especialista en óperas de los siglos XX y XXI.

Esta ópera, la última de las nueve que creó el compositor checo, cuenta con libreto del propio Janácek, quien se inspiró en la novela de Fiódor Dostoievski Recuerdos de la casa de los muertos. Estrenada en 1930, dos años después de la muerte de Janácek, se puede decir que es la primera vez que se monta en España ya que antes sólo se había visto, en el Teatro del Liceo de Barcelona, en una única representación de una compañía checa, mientras que ésta que ahora se estrena el próximo día 30 es una coproducción de la Opéra National de Paris y el Teatro Real, espacio este último donde ya se han estrenado otras dos óperas de Janácek, La zorrita astuta y Osud.

Desde la casa de los muertos es una ópera "difícil para acercarse a ella, tanto para el público como para la orquesta. Si hubiera que definirla con un color sería el negro: es oscura, triste, muy atractiva", apuntó Albrecht, mientras que Antonio Moral, director artístico del Real, la definió como "atrevida, especial, moderna. Más que una ópera es el guión de una película". Moral presentó esta producción ayer junto a Arroyo y Albrecht y con la previsible ausencia de Grüber, quien siempre rehúye a la prensa porque alega no tener nada que decir y sólo quiere que se vean sus trabajos. Arroyo por su parte se mostraba encantado al comprobar que "las fuerzas del mal se hubieran disipado y destruido", facilitando el que pudiera estar en el Real: "Creo que me lo merezco, no porque sea madrileño sino porque vivo a 200 metros y siempre hago teatro muy lejos, y tenía ganas de hacerlo para mis vecinos".

Este título de Janácek recupera la puesta en escena que Mortier llevó a Salzburgo en 1992 y que provocó un cierto revuelo, aunque como apuntó ayer Arroyo, ahora se han permitido, tanto él como Grüber, revisar cosas del montaje que querían mejorar e incluso cambiar el final. Arroyo y Grüber forman una de las parejas artísticas más sólidas del panorama escénico mundial. Cuando abordan un montaje hablan durante tiempo. Arroyo expone sus ideas, Grüber las matiza y luego las dan cuerpo sin pasar por maquetas.