Los socialistas aprecian luces y sombras en el documento del PNV

La propuesta por la pacificación y la normalización de Euskadi que acaba de lanzar el PNV ha sido recibida con prudencia por el Gobierno. En una primera valoración, pondera su apuesta por buscar acuerdos más allá de los partidos nacionalistas. En cambio, lamenta las amplias referencias al derecho a la autodeterminación. Es un diagnóstico compartido por el líder del PSE, Patxi López, que aprecia "avances" y "estancamientos" a partes iguales en la iniciativa.

Lo más positivo de la declaración peneuvista, según fuentes del Ejecutivo que preside José Luis Rodríguez Zapatero, se contiene en los apartados que abogan por alcanzar en Euskadi un acuerdo integrador que incluya a todos los partidos, incluidos los no nacionalistas. El Gobierno considera un paso adelante que el partido de Josu Jon Imaz se comprometa a lograr un acuerdo de convivencia integrador, que logre mayor respaldo que el que tuvo el Estatuto de Gernika en el referéndum de 1979. También valora las referencias a la convivencia y a la cohesión, así como a la aceptación del pluralismo.

La firmeza con que el PNV plantea no hacer concesiones políticas para lograr el final de la violencia, su apuesta por la resolución del llamado "contencioso vasco" a través de la política y las vías democráticas exclusivamente y las referencias a las víctimas son postulados que comparte el Gobierno. Se ajustan también a las condiciones que el presidente Zapatero puso a ETA para iniciar la salida dialogada de la violencia, ratificadas en la resolución del Congreso aprobada en mayo pasado. De ahí la coincidencia en que, como el PNV ha plasmado en su documento, el diálogo entre los partidos sobre el futuro encaje de Euskadi en España sólo será posible cuando cese definitivamente la violencia y la banda terrorista renuncie a tutelar su desarrollo.

Las sombras las ve el Gobierno en el mantenimiento por el PNV de la autodeterminación como aspiración clave del nuevo marco jurídico. En su opinión, el intento de salvar el núcleo doctrinal del plan Ibarretxe, no sólo no amplía los consensos sino que divide a la sociedad vasca. Tampoco es del gusto del Ejecutivo socialista el modo confuso con que se propone convocar una consulta, sin precisar si supondría o no la ratificación de un proyecto previamente aprobado por las Cortes Generales.

En la misma línea, el secretario general del PSE-EE, Patxi López, habló ayer de "avances importantes" y "estancamientos preocupantes" en el documento del PNV. Entre los avances, destacó la asunción por los nacionalistas de "principios que los socialistas vascos" han "defendido en solitario", como el "respeto a la pluralidad de las ideas y a la diversidad de sentimientos en la sociedad vasca".

De las palabras a los hechos

En una entrevista concedida a la Cadena SER, López también destacó el compromiso del PNV de superar el consenso que obtuvo el Estatuto de Gernika. No obstante, afirmó a renglón seguido que "las intenciones hay que corroborarlas con hechos, y habrá que esperar [a ver] qué actuaciones tiene el PNV para saber si de verdad avanzan o se estancan".

Al dirigente socialista no le satisfizo la pretensión del partido de Imaz de llevar el plan Ibarretxe como su aportación a la mesa de partidos vascos, porque esta propuesta "no es el consenso, sino la imposición de una parte, de la acumulación de las fuerzas nacionalistas". "Los ciudadanos nos han dicho que, por encima de planteamientos de partido, tienen que estar los planteamientos del conjunto de la sociedad vasca; que tenemos que buscar la solución de los problemas de los ciudadanos y no buscar dar satisfacción a las aspiraciones de los partidos políticos", indicó.