Ricardo y Milosevic tumban al Celta

Las manos de Ricardo y la entrega de Milosevic han sido suficientes para aupar a Osasuna hasta un liderazgo compartido con el Real Madrid. Lo insólito se ha convertido en normal gracias a la seriedad defensiva, elemento ignoto durante la pasada temporada, y a la aparición del meta madrileño. Se trata del mejor arranque liguero en la historia del club, que ha vencido sus cuatro encuentros como local y está demostrando que, a base de estirar una plantilla de 24 jugadores con muchos canteranos, se puede ser competitivo aun a costa de la plasticidad.

El Celta dominó buena parte del encuentro, dispuso de más oportunidades y, al final, perdió. La lesión de Baiano nada más empezar el encuentro lastró su potencia ofensiva y favoreció los intereses de los rojillos, siempre medrosos ante los delanteros expeditivos. Lo demás llegó rodado. El choque se desenvolvió entre imprecisiones y despejes, con escasa presencia de los mediocentros y muy poca aportación de los jugadores de calidad.

La primera mitad acabó con poca gloria y sólo un destello de calidad: un disparo desde 55 metros lanzado por Ángel que se escapó rozando el larguero de Ricardo. Tras el descanso, el partido cambió de tono gracias a Milosevic. El delantero se ha habituado a sacrificarse en la pelea alejado del área, pero cuando ayer encontró una posición de disparo, cruzó el balón desde lejos y desatascó a su equipo. Osasuna se adelantaba ante el conjunto gallego, que desde ese momento trató de estirarse más. En uno de los saques de esquina celtiñas, Marcelo Sosa remató de plancha espectacularmente contra su propia portería y Ricardo la sacó en un alarde de reflejos. Fue la mejor oportunidad de los celestes.

Los de Fernando Vázquez trataron de cercar la meta navarra, pero pese a llegar al ataque con fluidez, se mostraron incapaces de rematar sin Baiano. Guerrero y Perera desperdiciaron dos buenas asistencias con marchamo de gol, última prueba de la existencia del Celta en el campo. Osasuna aprovechó este momento para jugar sus últimas cartas al contragolpe. Avisó hasta en dos ocasiones en las que no supo resolver. A la tercera, el revulsivo y veloz Webó se coló entre los centrales, burló la salida en falso de Pinto y cruzó para colocar el segundo tanto en el casillero rojillo y lograr de esta forma el triunfo.