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Estadistas para la historia

ANGELA MERKEL hace el número nueve de las mujeres que desempeñan actualmente por elección la jefatura de Estado o de Gobierno, a falta de que en Liberia el recuento de votos dé la victoria al futbolista Weah o a Ellen Johnson-Sirleaf.

La primera que rompió la exclusividad masculina en los cargos más altos de un país fue Sirimavo Bandaranaike (nacida en 1916) en Sri Lanka, que en 1960 se hizo con la jefatura del Gobierno en las urnas y sucedió en el cargo a su marido, Solomon, que había sido asesinado el año anterior. Se adelantó en seis años a la india Indira Gandhi (1917-1984) y en nueve a la israelí Golda Meir (1898-1978).

Bandaranaike fue primera ministra en tres periodos diferentes y falleció en 2000, unos días después de abandonar el Gobierno, justamente cuando su hija Chandrika ocupaba -y lo sigue haciendo- la jefatura del Estado. Chandrika (1945) también llegó a la política tras el asesinato de su marido, Vijaya, actor de cine y líder del Partido Popular, aunque

nunca ejerció ningún cargo público.

Viuda y heredera de su marido en la jefatura del Gobierno, asesinado en una intentona golpista, es también Jaleda Zia (1945), primera ministra de un país islámico, Bangladesh. Ganó en 1991 las primeras elecciones auténticamente democráticas y limpias del país, y se mantuvo cinco años en el poder, al que ha regresado en 2002.

En el continente latinoamericano también se da el fenómeno de las viudas que se lanzan a la política: María Estela Martínez de Perón (1931), tras morir Juan Domingo Perón. Y Violeta Chamorro (1929), viuda de Pedro Joaquín Chamorro, asesinado por los secuaces del dictador Anastasio Somoza, se presentó a las presidenciales de Nicaragua y las ganó.

La laborista Helen Clark (1950), actual primera ministra de Nueva Zelanda, protagonizó la primera alternancia entre mujeres de la historia en el Ejecutivo, al suceder, en 1999, a su rival conservadora, Jenny Shippley (1952).

El mismo caso, pero como jefa de Estado, lo ha protagonizado la irlandesa Mary McAleese (1951), que en 1997 relevó a Mary Robinson (1944) en la Presidencia de la república. McAleese es católica conservadora, aunque partidaria del sacerdocio femenino.

Una de las estadistas que más huella han dejado en su país y en el mundo ha sido la conservadora británica Margaret Thatcher (1925). Entre 1979 y 1987 se enfrentó con mano de hierro a la izquierda y a los sindicatos, haciendo gala de valores tradicionales de clase media que también entraron en confrontación con los de clase y cuna, tan enraizados hasta entonces en esa sociedad. Thatcher supuso todo lo contrario de Gro Harlem Brundtland (1939), cuyo Gobierno socialdemócrata dejó amplia huella en Noruega.

La benjamina de las mujeres estadistas es Luisa Dias Diogo (1958), que encabeza el Gobierno de Mozambique desde 2004, toda vez que Yulia Timoshenko (1951) abandonó el Ejecutivo de Ucrania el pasado septiembre por un problema de corrupción.

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