De Morris a Maradona

Xavier Hernández (Terrassa, 1980) alcanzó el Camp Nou con Louis van Gaal. Lesionado Guardiola, el técnico buscó en la fábrica de medios centro del Miniestadi y le halló. Hoy, en Riazor, frente al Deportivo, cumplirá 300 partidos con el Barça.

- El debut. Mallorca, 1; Barça, 1. Supercopa. Agosto de 1998. "Van Gaal me lo dijo cuando llegamos a Palma: 'Mañana juegas'. Me angustié. Estaba en Platja d'Aro, de fin de semana, cuando me convocaron y pensaba que, simplemente, completaría la lista. Me puse muy nervioso, aunque desde enero me entrenaba con el primer equipo. Tuve la suerte de marcar un gol al cuarto de hora y me tranquilicé".

- El estreno europeo. Manchester, 3; Barcelona; 3. Old Trafford. Septiembre de 1998. Segundo partido. "Estaba calentándome y flipaba. ¡Qué campo! No se me olvidará en la vida. Iba a salir, con 2-2 en el marcador, y el Manchester botaba una falta: Beckham la metió por la escuadra: 3-2. Y salí por Giovanni, el alto, el que se fue a Grecia. Tenía 18 años y alucinaba. La tocamos cuatro veces: jugadón de Luis Enrique, expulsión de Butt y penalti que tira Luis sin contemplaciones: 3-3. Fue fantástico. Cada vez que ellos pasaban del medio campo parecía que nos iban a marcar".

- El clásico. Madrid, 3; Barça, 0. 26 de febrero de 2000. Ha jugado ya diez clásicos más: tres victorias, tres empates y cuatro derrotas. Dos goles. "El primero lo perdimos por 3-0 y crucificaron a Arnau. No soy Luis Enrique, pero yo también prefiero que me griten a que me animen. Prefiero jugar en el Bernabéu que en casa porque el corazón me va a tres mil. El clásico es el partido por excelencia. Lo ve y juega todo el mundo una semana antes. Últimamente, se vive mucho en la selección. A Casillas le machaco".

El gol. Madrid, 1; Barça; 2. 25 de abril de 2004. Partido 241. "Tengo un vicio y lucho contra él. Cada vez busco menos el pase y, al acercarme al área, pienso en chutar. No tengo un pedazo de chut. Tiro más a colocar, con esa rosquita, pero tampoco la pego mal. Además, a veces un remate mordido acaba dentro; mira a Deco. Ahora, como volante, tengo que meter más goles. Tengo físico para tirar paredes, salida para desaquilibrar en dos metros..., es una posición muy buena para mí. El gol de mi vida es el del Bernabéu. Lo mejor fue el pase. Pensaba que era fuera de juego. Ronaldinho controló la pelota y yo entraba. No me vio o yo salí antes. Miré a Casillas y adiviné que salía a presioname. Así que la pegué por encima. Ví que la pelota entraba y recordaré toda mi vida el silencio del Bernabéu".

- El más duro. Chelsea, 3; Barça, 1. 5 de abril de 2000. Partido 56. "Toqué cuatro pelotas y de rebote. ¿Te acuerdas de un tal Morris? Iba a sacar el córner y me seguía para sacudirme. No jugué la vuelta cuando remontamos: 4-1. Tres años después, llegué a Stamford Bridge, me resbalé y 1-0. Dos, tres a cero, y yo pensaba: 'Diez, nos meten diez'. Pero empezamos a jugar y les dimos un meneo. Aquello era un rondo y nos echaron en un saque de esquina".

- El más triste. Barça, 4; Celta, 1. Partido 100. Ultimo encuentro de Guardiola en el Barça. "Una vergüenza. No tuvo la despedida que se merecía. Fue muy frío. Me colgaron el muerto de ser su sustituto y yo replicaba: '¡Dejadme ser Xavi!' Siempre tuvo un consejo para mi. Decían que no me hablaba, que estaba celoso. Mentira. Fue mi capitán y un ejemplo en todo".

- El mejor. Barça, 2; Sevilla, 0. 11 de septiembre de 2004. Partido 247. "La gente no lo recordará, pero yo no lo olvido. Me salió todo, no fallé un pase. Regates, paredes, caños, sombreros... Me gusté como nunca. Llegó un momento en que me creía Maradona y Ronaldinho, el mejor del mundo".