Una Fura dels Baus desprovista de pirotecnia tecnológica presenta su 'Metamorfosis' sin escarabajo
El montaje sobre la obra de Kafka se inspira en el fenómeno de los 'hikikomori'
La Fura dels Baus se ha despojado de su habitual pirotecnia tecnológica para llevar a escena, entre el jueves y el sábado en el teatro de Sant Domènec de Girona, una atípica adaptación de la Metamorfosis en la que, además de prescindir de las palabras de Kafka, incluso ha decidido eliminar el escarabajo. La versión, dirigida por Àlex Ollé, con textos del argentino Javier Daulte, tiene como protagonista a un Gregor Samsa que no se transforma en un repulsivo coleóptero, sino en una especie de hikikomori, uno de esos jóvenes japoneses que, abrumados por la presión del entorno, se recluyen en sus habitaciones durante meses o años.
"La dialéctica hombre-escarabajo se transforma aquí en dentro-fuera", explica Daulte. "Pasamos del concepto de animalización al de deshumanización", añade Ollé. Todo ello, cuentan, para explorar los miedos y las neurosis del hombre urbano del siglo XXI. La eliminación del escarabajo -que, según Daulte, funcionaba como "metáfora literaria", pero que en la escena se transformaría en "un símbolo" que lastraría la obra- no es el único cambio trascendental de la adaptación: la pieza se ha situado en plena contemporaneidad y su protagonista -que interpreta Rubén Ametller- decide su exclusión del mundo de manera totalmente voluntaria. El dramaturgo argentino, marcando la distancia que separa este proyecto de otros aparatosos montajes de La Fura dels Baus, afirmó que la adaptación es como "un drama doméstico" en el que son los actores quienes llevan la batuta. "Todo pasa por los actores", insistió.
Contexto doméstico
Àlex Ollé afirma que escogió a Daulte para el texto porque ha demostrado capacidad para profundizar en hechos extraordinarios en un contexto doméstico. El director artístico de La Fura admitió que sentía una "necesidad vital" de despojarse del artificio tecnológico de montajes anteriores. "Hemos cambiado la habitual dramaturgia visual de La Fura por la textual", reconoció.
A pesar de la simplicidad de la escenografía -basada en la idea del cubo como si se tratara de un terrario, una prisión o un micromundo-, su manejo no deja de ser complejo. La Fura no ha prescindido del uso de vídeos, pero su función es muy distinta de espectáculos realizados antes. "En el 90% están en función del relato, que avanza de una manera muy cinematográfica", explica Ollé. El director de La Fura aseguró que tras esta obra volverán a su habitual lenguaje visual con el montaje de dos nuevos títulos operísticos.
Durante la presentación del espectáculo, que sólo se ha representado tres veces en Japón, el director del Festival Temporada Alta, Salvador Sunyer, opinó que la obra es "extraordinaria", aunque no tuvo reparos en reconocer que Òbit, estrenada el año pasado en el festival, era un mal espectáculo. Explicó que han vuelto a apostar por la compañía porque la suma de la Metamorfosis, Daulte y Ollé es "como jugar con las cartas marcadas". Ollé replicó que "quien tiene boca se equivoca" y admitió que quizás en Òbit faltó mayor elaboración y un escenario más adecuado.
Por otro lado, el propio Javier Daulte -"una de las espinas dorsales del Festival Temporada Alta", según Sunyer- estrena hoy en la Sala la Planeta el espectáculo Automàtics, creado con actores del Institut del Teatre. "Se trata de un experimento en el que he buscado que los actores sean inexpresivos pero emocionales", cuenta Daulte. En esta comedia, la máxima inexpresividad se consigue transformando en maniquíes a algunos de los actores.
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