"Prefiero estar en el restaurante"

"Mejor que estar callejeando estoy en el restaurante". José Francisco Reyes, un vecino de 16 años de Almodóvar del Río (Córdoba), cuenta que desde mayo trabaja todos los fines de semana en el establecimiento que regenta en ese municipio un primo de su padre. Además, el verano pasado estuvo también en el restaurante. Él es un ejemplo de que no sólo los universitarios se ponen a trabajar para conseguir algo de dinero. Y en su caso, la necesidad se junta con su vocación.

José empezó como camarero, pasó a ayudante de cocina y, ahora, ha encontrado lo que realmente le gusta: la restauración. Dice que está más cómodo entre los fogones que sentado en las aulas, donde cursa cuarto de la ESO. Su futuro lo ve en una cocina. Explica que quiere tener el Graduado Escolar y luego hacerse cocinero. Ya tiene en mente hacer algunos cursillos, aunque no sabe si en su pueblo o en Málaga.

José es el mayor de tres hermanos. Su padre, Pedro Antonio Reyes, explica que, además de evitar que esté todo el día "callejeando", su hijo se gana un dinerillo trabajando en el restaurante. La mitad de lo que consigue, relata su progenitor, se la queda el chaval y la otra la entrega en casa. Pedro explica que le han abierto una cartilla para que tenga sus primeros ahorros. Pero José dice que no está en el restaurante por el dinero, que a él le valdría con que le dieran de comer porque está ahí "para aprender" la profesión que ha encontrado fuera de las aulas.