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Reportaje:FÚTBOL

Un asalto gratuito

Los ultras que irrumpieron por la fuerza en un entrenamiento del Atlético y amenazaron a los jugadores siguen siendo abonados del club

Los ultras que asaltaron -algunos de ellos armados-, el pasado mes de mayo un entrenamiento del Atlético de Madrid, tras derribar una valla, e insultaron y amenazaron de muerte a los jugadores y el cuerpo técnico siguen siendo socios abonados del club rojiblanco. Ayer mismo, algunos campaban a sus anchas por el estadio Vicente Calderón para asistir a una asamblea del Frente Atlético, según algunas fuentes cercanas a la propia peña.

El club del Manzanares, tras el asalto, que calificaron de "intolerable", denunció a los fanáticos en un juzgado de Majadahonda, localidad del noroeste de Madrid donde está la ciudad deportiva rojiblanca, y prometió expulsarlos del club. La denuncia, "escrita en los términos más rutinarios posibles", según fuentes policiales, fue desestimada el pasado jueves. Ya se sabía que ese iba a ser su fin de trayecto. La interpuso el ex jefe de seguridad del club, José Camarero, sin tener ningún tipo de representatividad jurídica de los agraviados -futbolistas y entrenadores-. Entonces, desde el Consejo Superior de Deportes se intentó que la demanda la presentase alguien con capacidad real para ello. Todos se negaron.

La segunda gran actuación de la entidad fue proceder a la expulsión de los implicados. Pero se les olvidó pasar la lista a los trabajadores que tramitan la renovación de los abonos, según revelan fuentes cercanas al propio Frente Atlético y de la Asociación Contra la Intolerancia.

La cabeza visible de esta organización, Esteban Ibarra, asegura que Ignacio Racionero, uno de los asaltantes, que a su vez estaba implicado en el asesinato del hincha de la Real, Aitor Zabaleta, en 1998, "asistió al fútbol hasta ser encarcelado hace poco por un apuñalamiento que no tiene nada que ver con el caso Zabaleta".

Varias fuentes de la directiva del Atlético concedieron no saber si se había hecho efectiva la expulsión o no. El propio presidente de la entidad, Enrique Cerezo, ya avisó de que sería una tarea "imposible" impedirles el acceso al estadio porque los "abonos no llevan fotografía y les pueden pedir a algún amigo que se lo saque". Por lo menos en un caso, el abono para la temporada en curso está expedido directamente a nombre de uno de los teóricos expulsados.

Los 11 asaltantes irrumpieron en mayo pasado, cuando sólo faltaban dos jornadas para el final de la Liga, en medio de la práctica tras derribar a patadas una valla metálica, se aproximaron caminando lentamente al lugar en el que los futbolistas hacían ejercicios de estiramiento y empezaron a insultarles gravemente. Cuando el entrenador de porteros, Miguel Bastón, les recriminó, uno de ellos, que portaba una porra retráctil, le amenazó de muerte: "No vas a vivir más". También amenazaron al técnico, César Ferrando. En las instalaciones sólo había un portero. El jefe de seguridad acababa de abandonar el recinto tras recibir una llamada.

Antiviolencia está tramitando el expediente -tras trasladarles el caso el propio Atlético- y estudia solicitar una sanción económica de 10.000 euros para cada individuo y la prohibición de entrar en recintos deportivos durante cinco meses. Estas medidas las tiene que hacer efectivas la Delegación del Gobierno en Madrid. Mientras tanto, el asalto les ha salido gratuito a los ultras.

El grupo de ultras invade el campo de entrenamiento e increpa a los futbolistas del Atlético.
El grupo de ultras invade el campo de entrenamiento e increpa a los futbolistas del Atlético.

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