La izquierda nacionalista rechaza la reforma en la marcha del 9 d'Octubre

Unas 10.000 personas, según los organizadores, y 1.100, según la polícía, expresaron ayer en la manifestación convocada por la Comissió 9 d'Octubre su rechazo a la reforma del Estatut valenciano. Los participantes en la marcha, que este año se ha adelantado un día, reclamaron que se ponga fin a la depredación del territorio, que se cumpla el compromís pel valencià y apelaron al diálogo para solucionar la guerra del agua.

A la misma hora en que se inauguraba el Palau de les Arts, arrancaba al otro lado de la ciudad la manifestación que todos los años convoca la Comissió 9 d'Octubre en conmemoración de la fiesta nacional de los valencianos. Bajo el lema Per la terra, la gent i el país: No volem aquest estatut, dirigentes de Acció Cultural, el BNV, EU, Els Verds-Esquerra Ecologista, Esquerra Republicana, CC OO-PV, CGT-PV, Escola Valenciana, Intersindical Valenciana, el PSAN, Revolta o Xúquer Viu, en un acto "tan lúdico como festivo", expresaron por las calles de Valencia su oposición al pacto de reforma estatutaria alcanzado por populares y socialistas, a los que acusaron de haber convertido "una posible 'segunda transición' en una 'segunda decepción'".

A lo largo de la marcha, en la que se pudo oír música de dolçaines y tabalets y ver breves actuaciones teatrales sobre la política valenciana, se corearon lemas contra el PP y los feixistes. La Comissió, que todos los años convoca esta manifestación el 9 d'Octubre, ha tenido en esta ocasión que adelantar un día el acto después de que la organización de ultraderecha España 2000 y Coalición Valenciana solicitaran los permisos para celebrar otra marcha el mismo día, a la misma hora y con el mismo itinerario que la que convoca la izquierda nacionalista.

La manifestación, nutrida sobre todo por gente joven, discurrió sin problemas. Sólo se palpó algo de tensión cuando una pareja, con la bandera de España bajo el brazo, intentó provocar a los participantes. A su entrada por la calle de las Barcas, los convocantes también pudieron ver colgada de la fachada de uno de los edificios una gigantesca señal de stop con la fotografía al lado del líder de ERC Josep Lluís Carod-Rovira, al que colocaron unas orejas de burro. Y junto a estas dos pancartas las siglas de Coalición Valenciana.

El portavoz de la Comissió y coordinador de Acció Cultural del País Valenciá (ACPV), Antoni Gisbert, criticó en la lectura del manifiesto que la reforma no reconozca "la unidad de la lengua, no rebaje la barrera electoral del 5% actual, tampoco defina un sistema de financiación claro y no contenga medidas de protección del territorio". Gisbert pidió un referéndum.

El secretario general del Bloc, Enric Morera, y la coordinadora general de EU, Glòria Marcos, pidieron cambios en el texto actual, que calificaron "de la vergüenza" e "inane", respectivamente.