Cirugía plástica en la bóveda
La reforma del Victoria Eugenia da un paso más con la restauración de los lienzos de Ignacio Ugarte
Ignacio Ugarte (San Sebastián, 1862-1914), considerado el introductor del realismo costumbrista en Guipúzcoa, cobró 5.000 pesetas en 1912 por pintar los lienzos que ocupan la gran bóveda central del Teatro Victoria Eugenia de la capital guipuzcoana, de 16 metros de diámetro. Era una cifra entonces nada desdeñable, aunque hoy, casi un siglo después y en pleno proceso de rehabilitación del edificio, pueda parecer ridícula: los trabajos de restauración de la cúpula, han costado 78.000 euros. O lo que es lo mismo, 12.978.108 pesetas.
"No puede decirse que los lienzos estuvieran en mal estado", afirma Ana Santo Domingo, restauradora del Museo de San Telmo. Se encontraban sólo "algo deteriorados por humedades y filtraciones", pero los técnicos han aprovechado la rehabilitación del inmueble para acceder a esta obra monumental situada a 20 metros de altura. Durante tres meses, cinco especialistas de la empresa de restauración Artelan se han afanado en eliminar una pequeña "costra blanquecina" y unos "abolsamientos" que dejó el paso del tiempo en este lienzo compuesto por ocho grandes telas para devolverle su prestancia original y toda su fuerza narrativa.
El teatro abrirá de nuevo en la primavera de 2007 tras gastar más de 20 millones
Ugarte retrata una jornada en la vida cotidiana de San Sebastián, del amanecer al ocaso, que tiene su valor como crónica de la ciudad. La obra está considerada además uno de los "hitos" del patrimonio plástico del Victoria Eugenia, junto con los lienzos de Martiarena y la sala china, según destacó ayer el concejal de Cultura, Ramón Etxezarreta, subido a un andamio. El pintor los diseñó en su propio taller y los retocó ya pegados en la bóveda.
Las obras de reforma del Victoria Eugenia, cuyo grueso financian a partes iguales el Ayuntamiento y el Gobierno central, arrancaron en 2001 con un presupuesto de 7,6 millones de euros y un plazo de ejecución de 32 meses. No se han cumplido ni los costes ni los plazos previstos. Las modificaciones y mejoras introducidas en el proyecto generaron un sobreprecio del 52% y abrieron serias desavenencias entre Necso, la empresa adjudicataria, el consistorio y Fomento, entonces competente en la materia. Tanto es así, que la rehabilitación estuvo paralizada entre diciembre de 2002 y junio de 2004. Sólo tras la llegada de los socialistas al Gobierno central se alcanzó un acuerdo -también se financiaría el sobrecoste al 50%- y se retomó una reforma que debía haber concluido en marzo de 2004 según la agenda inicial.
El consistorio calcula ahora que el Victoria Eugenia podrá abrir de nuevo sus puertas para la primavera de 2007 tras un desembolso final superior a los 20 millones de euros. "Esa fecha sigue vigente", dijo Etxezarreta, "igual que sigue vigente el intento de involucrar" a la Diputación de Guipúzcoa y al Gobierno vasco en la financiación del equipamiento escénico, cerca de cinco millones que, por ahora, asume en solitario San Sebastián.
De hecho, el pleno municipal aprobó la pasada semana, con los votos de PSE, EB y el PP, una declaración institucional en que pide ayuda económica a la Diputación.
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