Sant Llorenç d'Hortons prohíbe la circulación de motos por la noche

Circular en moto de noche por las calles de Sant Llorenç d'Hortons (Alt Penedès) quedará prohibido dentro de unas semanas, y quien incumpla esta normativa será sancionado con multas que pueden llegar hasta los 200 euros. Ésta es la tajante medida que ha adoptado el Ayuntamiento de esta localidad, de 2.100 habitantes, para combatir el estruendoso ruido que provocan especialmente los ciclomotores y que los vecinos aseguran que tanto les molesta durante las horas nocturnas.

La nueva ordenanza municipal de circulación, aprobada por unanimidad por todos los grupos (PSC, ICV, Agrupació d'Indepenents d'Hortons y CiU), da base legal al alcalde para que pueda limitar la circulación en moto a través de un bando, y eso es lo que hará, prohibiéndola desde las diez de la noche hasta las seis de la madrugada. Sólo se podrá ir en moto si hay una causa mayor que lo justifique, como el desplazamiento al lugar de trabajo o algún tipo de urgencia. La ordenanza estará unas semanas a exposición pública antes de entrar en vigor.

El alcalde de Sant Llorenç d'Hortons, el socialista Carles Baiget, asegura que es una lástima tener que "decir a los ciudadanos cómo se tienen que comportar", pero añade que la situación se ha hecho tan insoportable que se ha tenido que recurrir a esta prohibición para resolver el problema de los ruidos y el incivismo. Las acusaciones se centran sobre todo en la conducta de un grupo de jóvenes del municipio que, según los vecinos, incluso se dedica a realizar carreras por las calles de madrugada. El problema se ha agudizado este verano, cuando los vecinos no lo han tenido fácil para dormir con las ventanas abiertas. Con la normativa actual, los vigilantes municipales no pueden hacer más que comprobar que los conductores disponen de la documentación y los permisos correspondientes.

La aprobación de la nueva ordenanza llega tras el intento de mediación del Ayuntamiento entre los vecinos y los jóvenes del municipio. El diálogo se ha roto y la reacción del consistorio ha sido la nula tolerancia con el ruido y las molestias.