Bianchi: "No hay excusas"
No se sabe muy bien si más incrédulo que indignado por caer estrepitosamente en San Sebastián y ser incapaz de doblegar al Getafe, Carlos Bianchi desprendió todas sus dotes de relaciones públicas para tranquilizar los corazones rojiblancos. "Estábamos con el equipo recién golpeado, pero no hay excusas que sirvan", zanjó El Virrey, que en un alarde de confidencialidad confesó que "tampoco" él sabía que mal sufría su gente "después de la victoria del Barça". "Aunque parece claro que no tenemos continuidad en el juego", afirmó.
La visita del Getafe no dejó frio al entrenador de cabellos plateados. "Si está en los primeros puestos es por méritos propios, jugaron un encuentro inteligente, al contragolpe y sin dejar atrás ningún espacio", abundó. El hombre que le había ganado la partida, Bernd Schuster, le echó tantas flores que parecía que su equipo era el que había perdido. "Hemos logrado una gran victoria sobre un gran equipo y ahora los puntos no nos los quita nadie". "Pero ojo, que nos lo han puesto muy difícil; si lo conseguimos fue por el trabajo, la confianza y el orden del equipo", resumió. Armas con las que los azulones han ganado sus tres partidos lejos del Coliseum.
Eso y la labor de Pulido para frenar a Petrov, y de Rivas y compañía para secar a Kezman y Torres. "Al taparlo les hemos creado muchos problemas. No tenían otro camino", esbozó Schuster. Postura que tampoco perdió cuando el Getafe, con uno menos -por la roja directa a Cotelo tras cazar a Petrov- y 20 minutos por delante, dio un paso adelante y nubló al Atlético. "En ese tipo de situaciones te arropas más. Eso y que el gol nos devolvió la moral".
"No es el justo vencedor", expresó desde el otro bando, contrariado, Pablo. Otro atlético, Luccin, encontró la excusa que no buscó Bianchi: "No es por criticar, pero se quedaron muy atrás".
A falta de lo que haga el Celta con el Sevilla, el líder del fútbol español es de Madrid, pero no son las estrellas de Luxemburgo ni los indios del Calderón. Son los "trabajadores" del Getafe. "Está claro que no vamos a acabar ahí", asintió Pulido. "Pero de momento somos líderes, aunque no termino de asimilar lo que uno siente", abundó Diego Rivas. Soñando, se fue comiendo una manzana.
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