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Los Emmy premian en 'Raymond' a la televisión más convencional

La serie 'Perdidos', elegida como el mejor drama del año

Los Premios Emmy -entregados en la madrugada del lunes- regresaron a las manos de la televisión convencional y cayeron, en algunos casos, en el más clásico de los convencionalismos: Raymond aprovechó el tirón de la melancolía (concluyó en mayo) para robarle a Mujeres desesperadas el premio a la mejor comedia del año. Sin la competencia este año de la televisión por cable (Los Soprano siguen de vacaciones), la serie Perdidos se llevó el premio al mejor drama de la temporada.

El revuelo merecido que provocó la primera temporada de Mujeres desesperadas (que en España emiten TVE-1 y Fox), con su comedia dramática o su dramatismo cómico, no se vio recompensado en la entrega de la 57ª edición de los Emmy. Ni la serie ni, sobre todo, su creador, Marc Cherry, consiguieron el premio a la mejor producción o a los mejores guiones.

La mejor telecomedia del año fue Raymond (cuyos derechos son propiedad de las autonómicas), que tuvo en su última temporada una despedida espléndida. Quienes conceden premios como éstos suelen tener una innata inclinación al homenaje, lo que sitúa en posición de ventaja a las series desaparecidas. Raymond se benefició de ese "efecto despedida" y se llevó el galardón principal junto a premios para dos de sus actores, Doris Roberts y Brad Garret, madre y hermano del protagonista en la serie. Son reconocimientos merecidos, pero entre los dos ya acumulan siete Emmys por interpretar, al fin y al cabo, los mismos personajes.

Tres de las cuatro actrices de Mujeres desesperadas estaban nominadas. El premio a la mejor se lo llevó Felicity Hauffman, que interpreta a la abogada que abandonó su carrera para criar a unos hijos insoportables. La estatuilla al mejor actor de comedia también repitió por segundo año: fue para Tony Shalhoub por su interpretación de un detective con trastornos de conducta en Monk (autonómicas y Calle 13). El mejor guión fue para Arrested Development (Fox), una comedia innovadora y brillante sobre una familia de empresarios.

Estreno con estatuilla

Si los premios de comedia se inclinaron hacia un producto veterano, los de drama fueron para un recién llegado. La serie Perdidos (TVE-1, Fox), sobre la vida de un grupo de pasajeros en la isla en la que se estrelló su avión, ganó el premio al mejor drama del año. Patricia Arquette ganó su primer Emmy como mejor actriz dramática por su papel en la serie Medium (que AXN estrena el 3 de octubre); y James Spader, anodino en su intervención durante la ceremonia, repitió premio por segundo año gracias a su papel de abogado con problemas éticos en Boston Legal (una de las novedades de Fox para principios de 2006).

La ceremonia, presentada discretamente por la cómica Ellen DeGeneres, no se apartó en ningún momento del guión clásico y recordó a los grandes monstruos televisivos fallecidos en el último año, Johnny Carson y Peter Jennings. Sólo la actriz Blythe Danner, madre de Gwyneth Paltrow y premiada como secundaria en la serie Huff, habló de las víctimas del huracán Katrina y lanzó un alegato a favor del regreso de las tropas de Estados Unidos en Irak. Jon Stewart, que se llevó para su Daily Show el premio al mejor programa de comedia, arremetió contra el Gobierno federal por su lenta respuesta a la catástrofe de Nueva Orleans.

A lo largo de la gala, varios invitados interpretaron viejas sintonías de televisión en una especie de mini Operación Triunfo. Ganó Donald Trump, vestido de ganadero e inasequible ante el ridículo.

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