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Reportaje:

Arango y el factor sorpresa

El delantero del Mallorca analiza su fabuloso gol a la Real

Corría el minuto 60 del Mallorca-Real Sociedad y, con dos goles de cabeza, el venezolano Juan Arango ya había inscrito su nombre con mayúsculas en la crónica de la tercera jornada. Los dos tantos, que llegaron de forma casi consecutiva a la salida de sendos córners, habían invertido el signo del partido y le valían al Mallorca los primeros tres puntos de la temporada. Pero lo mejor estaba aún por venir.

Con el encuentro decidido, a cinco minutos para el final, Arango dio forma a una de esas raras jugadas que distinguen a los grandes futbolistas y que dotan de sentido a este deporte. Uno de esos goles que, por su belleza plástica y su ejecución impecable continúan grabados, años después, en la retina de los aficionados.

Fue un destello de genialidad, a la caza del factor sorpresa: "Cuando vi la trayectoria que llevaba el balón que me envió Campano desde la banda, pensé que era posible recibirlo con el pecho y darle sin dejarlo botar. Así aprovechas la fuerza de la pelota y juegas también con la posibilidad de sorprender al portero", explicó ayer. "Me gusta contar siempre con ese factor, intentar hacer lo que ninguno de los contrarios se espera. Aunque nunca había marcado un gol parecido, y para mí es especial porque supone mi primer hat trick en España".

Juan Fernando Arango, de 25 años, nacido en Maracay (Venezuela), 45 veces internacional, es un ídolo en su país. Cada lunes, la prensa venezolana dedica páginas y páginas a glosar su actuación en el partido del día anterior. Llegó al fútbol español de puntillas, hace poco más de un año. Su perfil encajaba en la definición clásica de una promesa latinoamericana: un futbolista joven, procedente de un campeonato menor y cuyo rendimiento en España es siempre una incógnita. A veces suena la flauta, y con Arango sonó. Aterrizó con la carta de libertad y se convirtió en una sorpresa más que positiva para el Mallorca.

Al poco tiempo demostró estar entre lo salvable de una plantilla débil, que las pasó canutas para no descender a Segunda División. Su progresión fue lenta pero firme. Durante su primera temporada en España, y en la demarcación de media punta por la izquierda, marcó seis goles y derramó buenas dosis de inteligencia ofensiva sobre el campo. De todos modos, su aportación futbolística no llamó especialmente la atención: era un jugador más, en fase de adaptación. "Me tuvieron que romper la cara para que se comenzaran a fijar en mí", comenta hoy, irónico. Romper la cara, literalmente: en la jornada 32, un brutal codazo del defensa del Sevilla Javi Navarro lo envió directo a la UCI con un cuadro de paro respiratorio y lo dejó fuera de juego durante un mes y medio. Aún estremece recordar sus convulsiones sobre el césped de Son Moix, una de las imágenes más repetidas y angustiosas de la temporada. "Ojalá en el futuro sólo se hable de mí por mi fútbol", dijo tras superar el dramático incidente. Volvió Arango y su regreso coincidió con la alucinante remontada del Mallorca en la clasificación. El día de su retorno marcó un golazo contra el Espanyol. Héctor Cúper, que le vio posibilidades desde el principio, decidió montar en torno a él un nuevo Mallorca. "Me siento más cómodo cada día".

Arango intenta rematar ante el realista Mikel.
Arango intenta rematar ante el realista Mikel.AP

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