Más de lo mismo entre Osasuna y Sevilla

En el libro del fútbol, hay un capítulo especialmente dedicado a los duelos entre Osasuna y Sevilla. Da lo mismo que pasen las temporadas, cambien los entrenadores o varíen los objetivos. En estos partidos hay dos parámetros ineludibles: polémica y bronca. Y si además el encuentro se disputa en Pamplona, la victoria cae del lado de los locales. El duelo de ayer siguió el esquema a pies juntillas. Hubo palos, amagos de tangana, expulsiones, protestas e insultos. También hubo un gol, cómo no, de Osasuna.

Y eso que el partido comenzó con un dominio absoluto por parte de los hispalenses. Sólo la excelente actuación del central Josetxo y la falta de definición de Kanouté impidieron. El delantero de Mali fue un auténtico tormento para la zaga de Osasuna, pero su desacierto cara al gol (su único disparo a puerta topó con el palo) empañó su actuación. La ausencia de pólvora en el ataque sevillista provocó que el empate se mantuviese durante toda la primera mitad. Sin goles, ambos entrenadores optaron por probar variantes. Ramos tiró por la vía brasileña y colocó a Renato y Luis Fabiano. Lo que consiguió el técnico de los andaluces fue dinamitar el encuentro en lo negativo. Los brasileños no aportaron nada, a excepción de codazos, por lo que el choque se convirtió en una pelea continua.

Sin embargo, Aguirre optó por Webó y el camerunés no decepcionó. En su primera intervención, inventó un taconazo improbable por la derecha que David López convirtió tras un potente disparo.