El pragmatismo de Rijkaard
El técnico azulgrana admite que el Werder tuvo más ocasiones, pero elogia la eficacia de su equipo
Nada como ganar en Alemania para coger moral en la Champions. Los azulgrana fueron ayer fieles a su tradición y volvieron a debutar en Europa con victoria, como ya sucedió hace un año en el campo del Celtic Glasgow, en Escocia. El Barça fue ayer más práctico que nunca y el técnico Frank Rijkaard no lo negó. "¿Está usted contento con la victoria?", le preguntó al entrenador un periodista alemán que sostenía que el Barça había tenido suerte. "Seguramente", dijo el holandés, "si contamos las ocasiones el resultado sería diferente. Pero el Werder Bremen es un equipo muy fuerte, sobre todo en su casa. Y no pasa siempre así. Hemos sufrido y ellos han jugado muy bien. Pero para ganar o empatar los partidos hay que marcar goles".
Los goles del Barça fueron de rebote (Deco) y de penalti (Ronaldinho); pero eso, a juicio del entrenador, fue lo de menos. Posiblemente, Rijkaard pensaba al plantear su reflexión en el partido del debut de la Liga ante el Alavés, que acabó con empate a cero pese a que el Barça tuvo un sinfín de ocasiones de gol, entre ellas tres que acabaron en el poste. La situación, sin embargo, ya cambió drásticamente contra el Mallorca (2-0) y ayer. El Werder, segundo de la Bundesliga, fue al final un rival demasiado cándido para los azulgrana: chutó el doble de veces que el Barça (14 frente a 7), pero falló en la puntería. De las siete oportunidades azulgrana, cinco, entre ellas un poste, fueron directas a portería.
Víctor Valdés, el portero del Barça, fue una de las figuras del partido: paró todo lo que le llegó con peligro y ya lleva tres partidos sin encajar un gol. No ha recibido ninguno desde que el Betis venció en el Camp Nou en la vuelta de la Supercopa (1-2). "El Werder es un equipo muy fuerte y no hemos dejado huecos. Hemos tenido que estar muy atentoss", señaló el entrenador holandés. "Yo me quedo con la mentalidad del equipo. Hemos sabido sufrir y reaccionar a sus contras, y no creo que hayamos tenido suerte. Yo mismo he enviado un balón al palo", añadió Deco, autor del primer gol y que había anunciado la víspera que el Barça debía evitar los errores que cometió en Europa el año pasado cuando cayó eliminado en cuartos de final ante el Chelsea. "Lo importante", señaló el centrocampista nacionalizado portugués, "era acabar con la portería a cero".
Márquez, el central mexicano, admitió que el Barça sufrió al principio, especialmente en la primera mitad. Le fue de poco irse al descanso con empate en el marcador. "Pero en la segunda parte hemos mejorado mucho porque nos movimos, tocamos y conseguimos un resultado muy bueno. Y no era un partido nada fácil", dijo el defensa, que admitió que llegó a la cita algo fatigado porque, reveló, aún arrastraba el cansancio acumulado del día ante el Mallorca por el irregular estado del césped del Camp Nou, que fue replantado tras el concierto de U2. El equipo alemán encajó con fastidio la derrota. "¿Ha jugado Ronaldinho?", preguntó el delantero paraguayo Valdez, que fue finalmente sustituido. "Yo no lo he visto".
Acuerdo en los juzgados
Mientras la plana mayor del Barça, encabezada por Joan Laporta, estaba ayer en Bremen, el club resolvió ayer el litigio con Josep Colomer, ex jefe de fútbol-base y hombre de confianza ex vicepresidente deportivo Sandro Rosell que fue despedido en mayo pasado. Colomer demandó al club por despido improcedente y el litigio se resolvió antes de celebrarse la vista. Pero el acuerdo incluye una cláusula singular: el Barça condicionó el pago de la indemnización a que Colomer no revelara su cuantía ni tampoco otros detalles del acuerdo. Colomer aceptó la cláusula de confidencialidad pero afirmó: "Es otra muestra más de la falta de transparencia del club hacia los socios. No tengo ningún problema en que se sepa la suma", dijo Colomer, que tenía un contrato hasta 2007 que se renovaba cada año y que fue despedido mediante un fax que recibió en un hotel de Jerez dónde había viajado para fichar a un juvenil. El Barça le culpa de los problemas burocráticos que tiene Messi.
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