Los españoles, contra la marea negra
Penti, Berlanas y Blanco corren hoy la final de 3.000 obstáculos
A Antonio David Jiménez Pentinel, Penti, zancada larga, final poderoso, le hierve la sangre cada vez que tiene que hacerse el despistado, simular dificultades y perderse entre los corredores menos dotados del pelotón de atletas negros que compite en los 3.000 metros obstáculos. A Luis Miguel Martín Berlanas, su compañero de prueba y trabajador incansable, se le ha ocurrido que si dice que está mal, que las piernas no le van, que no puede, le va mejor en la carrera porque nadie se fija en él. Y puede que José Luis Blanco intente despistar a sus rivales con su peinado alocado, rubio platino, pero luego calza dos zapatillas distintas: una, para mojarla en la ría; otra, preparada para impulsarle sobre los obstáculos.
Pentinel, Blanco y Berlanas eligieron caminos distintos para lograr un puesto en la final, que se disputa hoy. Pero los tres lo consiguieron. Sufriendo, intentando pasar inadvertidos; evitando la compañía de Cherono y Kemboi, los favoritos; ocultándose de la mirada de Koech y Amer, sus rivales más poderosos; procurando gastar las menos fuerzas posibles. Pero lo lograron. Hoy España y Kenia son los países con más atletas en la final, los dos países que sueñan con que sus respectivos fondistas se pongan de acuerdo y se organicen para esculpir a fuerza de tirones, de golpes de riñón, una carrera a su medida. Y los tres fondistas españoles, los blancos sumidos en una marea de negros, como le gusta decir a Pentinel, sueñan con lograr una medalla en la prueba de las rías y las vallas.
Martínez, en la de 800
La misma ambición, el mismo sueño, pero con muchas menos posibilidades, tiene Mayte Martínez, que también disputa hoy la final de los 800 metros. La vallisoletana, una atleta competitiva, que siempre logra su mejor rendimiento en las grandes competiciones, no sentirá mucha confianza cuando mire alrededor. A su lado, en el pistolazo de salida, previsiblemente por delante en cuanto la prueba se acelere, correrán Cherkasova, Adrianova y Chzhao, las tres rusas, las tres caracterizadas por su ritmo vivo, por su potencia y sus pulmones inagotables.
Ellas también tendrán competencia. En la pista, quizás por última vez con posibilidades de ganar una medalla sobre un tartán mundialista, estará María Mutola, el expreso de Maputo, la locomotora incansable que ha dominado la distancia durante los últimos 15 años, dolida tras su derrota en los últimos Juegos Olímpicos, ganados por la británica Kelly Holmes. Y para aumentar el nivel de una final llena de mediofondistas de prestigio queda la norteamericana Hazel Clark, para muchas, entre ellas Martínez, la gran favorita.
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