Phelps se quiebra
El estadounidense no entra en la final de 400 libres para medirse a Grant Hackett
Después de una progresión imparable Michael Phelps se quebró. No fue una simple crisis. Fue un hundimiento en toda regla. El más dotado, el más fuerte, el más versátil de los nadadores que desde hace una semana se preparaban para competir en los mundiales. Un chico aventurado que buscó el límite con la gloriosa alegría de los ingenuos y que ayer lo encontró en una simple serie de 400 metros libres. Quedó séptimo con un tiempo de 3m50.53s. Lejos de su mejor marca del año, 3m47.79s. Decimoctavo en la clasificación total. Por 10 puestos fuera de la final que ganó el australiano Grant Hackett.
A la sombra de la pared de llegada, metido en el agua, la piel cetrina, Phelps no atinó a mirar el marcador. Miles de personas habían madrugado para ver los prolegómenos de un duelo anunciado durante meses: Phelps, el astro americano, contra Grant Hackett, el mejor fondista de todos los tiempos, en los 400 metros libres. El territorio de Hackett. A sus 20 años, Phelps seguía saltando de récord en récord, de medalla en medalla, buscando el límite. Ayer lo encontró. No se lo puso Hackett, sino gente como el australiano Nicholas Sprenger, alias 'Springsy'.
La serie transcurrió como se esperaba hasta el penúltimo largo. Phelps entró en el agua como un tiro y con tres brazadas se puso por delante de Rosolino y Sprenger. Técnicamente, la salida del americano fue perfecta porque se colocó en una buena posición para nadar los primeros 50. Pero según pasaban los metros se fue desinflando. Llegó a los 100 en segunda posición, por delante de Rossolino y a una centésima de Sprenger. Al hacer el último viraje, antes de iniciar los 50 finales, 'Springsy' nadaba el segundo, detrás de Rossolino. A un metro jadeaba Phelps, que había abandonado el acoso al que había sometido a Rossolino durante el segundo 100. En el último largo Phelps fue superado por seis contendientes: llegó el penúltimo. Su entrenador, Bob Bowman, no entendía nada: "No me lo explico; no sé qué ha pasado".
Al salir del agua Phelps habló rápido: "Estoy muy decepcionado. No esperaba empezar de esta manera. No estaba preparado para esta carrera. Me he dado cuenta cuando no podía ir por delante. Tal vez no estaba suficientemente caliente. No estaba allí. No estaba en esa piscina. Ahora debo concentrarme para el relevo de 4x100".
El surafricano Roland Schoeman, por otro lado, batió el récord mundial de 50 mariposa con 23.01s, 29 centésimas menos que el anterior del estadounidense Ian Crocker, logrado en febrero de 2004.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.