Nadal también quiere Stuttgart

Supo sobreponerse al que pareció el punto de inflexión del partido, cuando su rival remontó en el segundo set y sacaba para el 6 a 5. Ayer, Nadal, que suele salir al principio de todos los partidos como un ciclón, sin fisuras en su juego porque es capaz de concentrarse desde el calentamiento, recurrió a su mentalidad ganadora para desinflar a Jarkko Nieminen (6-2 y 7-5). Certificó, así, su pase a la final del torneo de Stuttgart, la novena del año y posible octavo título.

El finlandés apretó los dientes al final. Sólo eso, porque Nadal, cuando más lo necesitaba, recuperó su mejor juego, el mismo que ofreció en la primera manga, ese agresivo que busca la línea de fondo que tanto incomóda y que tan pocas opciones da. "La verdad es que sí que estamos un poco sorprendidos por los resultados que está obteniendo", reconoció al principio de la temporada Toni Nadal, su tío y entrenador. Pero el transcurso del tiempo, de los campeonatos, ha demostrado que Nadal no da sorpresas, sino que, simplemente, gana. Por eso suma 33 victorias consecutivas en tierra batida, a siete del austriaco Thomas Muster, que las consiguió en 1995. En Stuttgart, el otro finalista será Gaston Gaudio, que venció a su compatriota Mariano Zabaleta en tres sets.