De Lucas denuncia al Chelsea

Despido improcedente, entre otras cosas, es por lo que denunció Quique De Lucas (Barcelona, 1978) al Chelsea hace dos años. O, lo que es lo mismo, el centrocampista del Alavés reclamó cerca de 2,7 millones de libras (cuatro millones de euros) al club inglés. Ayer fue la vista oral y hoy se dictará sentencia.

Todo empezó el 6 de mayo de 2002, cuando el medio firmó un precontrato con la entidad vitoriana. La rúbrica, sin embargo, estipulaba que De Lucas se incorporaría al Alavés en 2003, un año después. ¿Por qué? Porque el Alavés se liberaba de pagar los derechos de formación del jugador al Espanyol, su club anterior. Tampoco, por ser un club extranjero, debía abonar ese pago el Chelsea. De Lucas así firmó un contrato con el Chelsea por una temporada con opción a otras tres. ¿Dualidad de contrato? A efectos legales, no; el jugador nunca pasó la revisión médica con el Alavés. De Lucas jugó esa temporada 31 partidos con el club inglés, presidido entonces por Ken Bates. Después empezó el lío. El Chelsea primero le citó para que iniciara la pretemporada. Luego, un mes más tarde, le envió una carta notificándole la rescisión por término de contrato. De Lucas en 2003 se fue al Alavés, que pareció blocar temporalmente el pase internacional para buscarle una salida. Consideraba su salario muy alto porque acababa de bajar a Segunda. Nadie lo quiso y se quedó en Vitoria.

"El futbolista demanda un despido improcedente por parte del Chelsea. Exige la liquidación de ciertos conceptos que no le pagaron en su día", explica Eva Parera, abogada del jugador. Entre esos conceptos, De Lucas alega que se le debe la bonificación acordada por alcanzar la Champions, por partidos jugados, primas... Pero también cosas que pagó de su bolsillo, como la estancia, hospedaje e, incluso, clases particulares de inglés. Marc Taylor, abogado del Chelsea, defiende que el despido es procedente. Hoy se dicta sentencia.