Un médico con amplias miras
Un documental rescatará en Sierra Mágina la vida y obra del fotógrafo Arturo Cerdá y Rico
Arturo Cerdá y Rico (Monóvar, Alicante 1844-Cabra del Santo Cristo, Jaén 1922) no fue un fotógrafo aficionado más de los que abundaban a principios del siglo XX en España. Tenía talento, sabía componer y su legado ha dejado más de 6.000 placas fotográficas que constituyen uno de los fondos documentales más importantes de la época. Ahora, el realizador jiennense Manuel Berlanga, apoyado por sus descendientes y con el respaldo del Ayuntamiento de Cabra del Santo Cristo, la Asociación para el desarrollo rural de Sierra Mágina y la Diputación de Jaén, trabaja en un documental sobre su vida y obra, que comenzará a grabarse en el mes de octubre.
Este médico de origen alicantino, que compaginó sus estudios de medicina con los de bellas artes en Madrid, fue destinado con 27 años a Cabra del Santo Cristo, en pleno corazón de Sierra Mágina. Allí conoció a Rosario Serrano y formó una prolija familia donde pronto sus hijos, y más tarde sus nietos, se convertirían en los principales maniquíes con los que experimentar el retrato, el desnudo y la composición de escenas de todo tipo. "Su corpus fotográfico es una fuente de incalculable valor histórico y antropológico, pero también es el diario sentimental de su propia existencia", subraya Carmen Fernández, guionista del documental que se titulará El fotógrafo apasionado. Mágina hacia 1900, un trabajo de Quijada Producciones.
Junto a escenas familiares resueltas con una precisión cinematográfica, Cerdá y Rico también retrata una comarca despoblada y empobrecida donde los segadores trabajan encorvados y sudorosos y las mujeres cargan pesados cántaros hasta la fuente. "Y todo ello con un pálpito de vida que trasciende lo aparente y que hace que su fotografía, un siglo después, nos siga hablando", añade Berlanga.
Tras a la muerte de su esposa, en 1902, dejó de ejercer la medicina para dedicarse por completo a su pasión. "Él nunca vivió de la fotografía, por eso se limitó a retratar la realidad sin folclore ni dramatismo y siguiendo tan sólo las directrices de sus inquietudes artísticas", cuenta Julio Arturo Cerdá y Rico, bisnieto del fotógrafo, a quien describe como "hombre tierno, humano y de ideas claras y muy firmes". Arturo Cerdá, junto a los historiadores jiennenses Manuel Urbano e Isidoro y Emilio Lara, son los asesores de este documental.
A partir de 1902, Cerdá y Rico viaja por toda España y el norte de África. En Granada se relaciona con los artistas López Mezquita, Rodríguez Acosta, Rafael Latorre o Pablo Loyzaga. Se convierte en miembro señero del movimiento fotográfico conocido como pictorialismo.
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