"Ya no se percibe la tradición como algo viejo y casposo"
Durante casi un cuarto de siglo fue la voz cantante de Al Tall y, en menor medida, Terminal Sur. Ahora, el artista de Catarroja (Valencia) disfruta de su mejor momento gracias a dos discos en solitario, Orgànic (2002) y Katà (2004), donde hermana las distintas herencias mediterráneas, incluido el flamenco.
PREGUNTA. Si al folclor se le considera un género minoritario, ¿el Mediterráneo constituye una minoría dentro de la minoría?
RESPUESTA. Sí, es una manera de verlo. El Mediterráneo integra músicas con un potencial fortísimo, desde Nápoles al mundo árabe, el rembetika griego o el cante jondo, pero le ha faltado un cliché tan identificable como la música suramericana o la celta, por ejemplo. El interés se ha despertado en estos últimos años a partir del reconocimiento de Omar Faruk Tekbilek o Savina Yanatou.
P. Piense en 1976, al principio de su trayectoria. ¿Han cambiado mucho las cosas?
R. Muchísimo, sobre todo la percepción de la gente. La música tradicional ya no se siente vieja, casposa, paliza, ni insoportable, sino un material vivo y válido para la comunicación. Y en el plano profesional, la diferencia es un abismo. Antes tenías que irte a Segovia a comprar palletas para las dulzainas y buscar colaboradores en el mundo del jazz, porque el nivel instrumental del folclor era limitado. Ahora te encuentras por todo el País Valenciano con chavales de veintipocos años que son auténticos virtuosos. Atravesamos un momento de mucha vitalidad.
P. Es raro encontrar un diagnóstico tan optimista en el gremio...
R. Sí, ya sé que los folcloristas aún jugamos en la Segunda División, pero no es cuestión de deprimirnos. Ahí están los Eliseo Parra o las Mercedes Peón; con sólo levantar la cabeza, comprobaremos que existen argumentos para sentirnos orgullosos. Estamos saliendo de una década de perfil cultural bajo y de un Gobierno al que este tipo de expresiones artísticas no le interesaban lo más mínimo. El folclor aún está en el 20% del público que puede llegar a tener. Por eso me siento optimista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.