Exhibición de Brasil
El equipo de Parreira golea aArgentina en la final de la Copa Confederaciones
Brasil conquistó la Copa Confederaciones con una exhibición ofensiva ante Argentina, a la que goleó con dos tantos de Adriano, el máximo goleador del torneo, otro de Kaká y otro de Ronaldinho, que mostraron el abismo de calidad que existió entre ambos conjuntos.
El campeón del mundo se tomó cumplida revancha de su reciente derrota en el Monumental de Buenos Aires (3-1), con un victoria de las que hacen daño, tanto por tratarse de un nuevo título que le arrebata al conjunto argentino, como por la forma en que se produjo.
Carlos Alberto Parreira y José Pekerman, los respectivos seleccionadores, coincidieron, la víspera, en que a falta de fuerzas por ambos bandos, la final sería una cuestión de carácter. Y se equivocaron, fue una cuestión de calidad. A este Brasil le sobra cuando conectan sus cuatro magníficos (Ronaldinho, Kaká, Robinho y Adriano). Argentina pierde calidad si Riquelme no tiene su día. Y, en la final, todo se puso en contra del conjunto albiceleste. Fue una derrota cruel, porque a cada gol brasileño le sucedió una ocasión argentina y, ahí se vio la diferencia entre los dos equipos.
BRASIL 4 - ARGENTINA 1
Brasil: Dida; Cicinho (Maicon, m. 86), Lucio, Roque Junior, Gilberto; Emerson, Zé Roberto; Kaká (Renato, m. 86), Ronaldinho; Robinho (Juninho Pernambucano, m. 89), Adriano.
Argentina: Lux; Coloccini, Heinze, Placente; Zanetti, Bernardi, Cambiasso ( Aimar, m. 56), Sorín; Riquelme; Delgado, Figueroa ( Tévez, m.72).
Goles: 1-0. M. 11. Adriano. 2-0. M. 16. Kaká. 3-0. M. 47. Ronaldinho. 4-0. M. 63. Adriano. 4-1. M. 65. Aimar.
Arbitro: Lubos Michel (Eslovaquia). Amonestó a Ronaldinho, Coloccini, Sorín, Cambiasso y Aimar.
Final de la Copa de las Confederaciones disputada en el Waldstadion de Francfort (Alemania) ante 46.000 espectadores.
Medianamente resguardada del diluvio por la cubierta del moderno estadio de Francfort, que exhibió sus primeras goteras, Argentina no aguantó el chaparrón inicial de un conjunto brasileño, que, en poco más de un cuarto de hora, convirtió sus dos primeros disparos en goles.
No necesitó más que echar mano del talento, ese que durante la Copa Confederaciones ha agrupado en pocos metros Parreira: con Ronaldinho, Kaká, Robinho y Adriano, Brasil crea expectativas cada acercamiento al área. A Pekerman no le dio resultado el cambio de estrategia. Prescindió del madridista Samuel, que se había perdido la semifinal por sanción, y dio entrada en el once inicial a Diego Placente, con la intención de contener las entradas por la banda derecha brasileña. No lo logró y fue por ahí por donde llegaron la mayoría de los goles, con Cicinho como el mejor pasador del partido.Con todo en contra, el equipo de Pekerman tuvo que tirar de raza, con Sorín y Javier Zanetti a la cabeza, pero notó su falta de peso en el ataque. Al contrario que Brasil, que aún tuvo pólvora para cerrar la fiesta con goles de Ronaldinho y Adriano. Una fiesta que reafirma su liderazgo en el fútbol mundial.
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