El pacto Frutos-Alcaraz lamina el respaldo a Llamazares en el PCE
Los comunistas estrenan un periodo de bicefalia con el apoyo del 80%
El XVII Congreso del PCE concluyó con un mensaje claro: la oposición a Gaspar Llamazares, el líder de IU, organizada en torno a este partido, está fuerte y unida. El pacto para repartirse el poder entre Francisco Frutos, que repite como secretario general, y Felipe Alcaraz, que será presidente ejecutivo, obtuvo ayer el respaldo del 80% de los 691 delegados. Ambos dirigentes han acordado una compleja bicefalia ante la evidencia de que su enfrentamiento podía concluir en empate. La lista auspiciada por Llamazares se quedó en el 12,5%.
Entre gritos de "Así se ve, la fuerza del PCE", Gaspar Llamazares tuvo que asistir ayer, en primera fila, a la demostración con datos de lo que todo el mundo sabía: apenas tiene fuerza dentro su propio partido, a cuya dirección desde ayer ni siquiera pertenece. De hecho, alrededor del PCE se conformó la oposición a Llamazares, que estuvo a punto de arrebatarle el poder en la última asamblea de IU, en diciembre, cuando el líder obtuvo sólo el 49,52% de los votos. El coordinador logró renovar su mandato gracias al apoyo de algunos coordinadores regionales, pero el congreso que concluyó ayer demostró que tal vez esa batalla no esté del todo acabada.
Al contrario que la asamblea de IU, el congreso del PCE se desarrolló en un ambiente de calma total. Sobre todo porque el pacto previo entre los dos principales contendientes, Frutos y Alcaraz, evitó la confrontación. Según fuentes de los dos sectores, ambos decidieron evitar la pelea después de comprobar, durante las últimas semanas, que sus apoyos estaban muy igualados. A partir de ahí, y con un acuerdo básico en la política a seguir, el problema, como siempre, era de reparto de poder.
Ariete contra el líder de IU
La única manera viable de resolver esa partida de ajedrez era la bicefalia. Frutos disfrutará de su tercer mandato como secretario general, el cargo que históricamente ha dirigido los partidos comunistas. Pero se centrará, o al menos eso dice el pacto, en la representación internacional del PCE, y dejará de desempeñar el papel de ariete contra Llamazares, especialmente en los medios de comunicación.
Alcaraz, elegido ayer presidente ejecutivo -un cargo inusual en la tradición comunista, que ocupó excepcionalmente Dolores Ibárruri, Pasionaria-, será el portavoz, hablará para los medios y viajará por toda España tratando de revitalizar el partido con la incorporación de nuevos militantes. El PCE asegura que está en 28.000, y se coloca el objetivo de llegar a los 50.000 en unos años.
Lo cierto es que en el palacio de congresos de Madrid donde se realizaba el cónclave se han visto en estos días muchas caras nuevas, porque los jóvenes tienen una presencia notable en el PCE actual. De hecho, son ellos los que protagonizan en parte la oposición a Llamazares, liderada por Enrique Santiago, ex líder de Juventudes Comunistas, que también estará en la dirección del PCE junto a Frutos y Alcaraz. Y ayer eran los que con más ahínco cantaban La Internacional en el emocionante cierre del congreso. La imagen de los 110 miembros del comité federal elegidos era significativa: había muchos jóvenes, pero el poder quedaba en manos de dos veteranos: Frutos (66) y Alcaraz (62).
Al buen ambiente de esta reunión de tres días también ha contribuido el no francés y danés a la Constitución Europea, que ha animado a toda la extrema izquierda, también la española, a pesar de que aquí el no que pedían IU y el PCE se quedó en el 17% con una abstención del 57%. Alcaraz aseguró que los comunistas están recuperando "el orgullo" de serlo, y Frutos cerró el congreso con la idea de que en el mundo "hay hambre y continúan vigentes" los problemas que hicieron surgir al comunismo, por lo que éste "aún tiene un lugar".
Además, desde el punto de vista económico, el PCE no ha dado ningún síntoma de desgaste, al organizar un congreso a la altura no sólo de IU, sino del PSOE o el PP (en el mismo sitio y con una cantidad de invitados internacionales similar).
En lo político, tanto Frutos como Alcaraz, que ahora pasará al primer plano, están convencidos de la necesidad de marcar el paso de Llamazares. La dirección del PCE cree que el líder de IU le ha puesto las cosas muy fáciles a los socialistas en las distintas negociaciones, y teme que eso desdibuje el perfil de la federación hasta hacerla desaparecer. Por eso, como hasta ahora, Llamazares sabrá que cada una de sus acciones será analizada con lupa por esta oposición interna que ayer dio una muestra más de su fortaleza.
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