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Reportaje:OFERTAS DE EMPLEO

A medio camino de Lisboa

La UE avanza lentamente hacia los objetivos fijados para 2010: más empleos y de mejor calidad

Amaya Iríbar
España tiene el dudoso honor de liderar esta categoría, con un 30,6% de su fuerza de trabajo en condiciones precarias, más del doble que la media europea, que está en el 12,95. Las mujeres -en España, la temporalidad femenina alcanza el 33,5%- y los jóvenes -el 37,9% de los europeos menores de 25 años- se llevan la peor parte. Lo mismo ocurre con los contratos a tiempo parcial, que son firmados sobre todo por mujeres. -

La Unión Europea se fijó en el año 2000 ambiciosos objetivos en materia de empleo. Y se dio 10 años para alcanzarlos. A mitad de recorrido, el informe anual de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo sirve para hacer balance. Se han creado millones de puestos de trabajo, la situación de la mujer mejora lentamente y se retrasa la edad de jubilación. Las diferencias entre países son abismales, más aún tras la ampliación.

La ocupación femenina ha avanzado hasta el 55,1%. El objetivo marcado para 2010 es llegar al 60%. España mejora más que el resto

Hace cinco años la Unión Europea (UE) se fijó unos objetivos ambiciosos para competir mejor con la economía estadounidense. La llamada Agenda de Lisboa, actualizada años después, establecía el horizonte en 2010. Para entonces había que crear seis millones de puestos de trabajo; avanzar en la sociedad de la información y en la conciliación de la vida laboral y familiar; elevar la inversión en investigación y desarrollo; en definitiva, mejorar la competitividad.

A medio camino de ese recorrido, la mayoría de esos objetivos está aún lejos. El informe anual de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo deja claro que los males del mercado laboral europeo siguen siendo los mismos: algunos países siguen registrando altas tasas de desempleo; las mujeres sufren más el paro y son peor pagadas y se han creado muchos puestos de trabajo, pero muchos de ellos son de baja calidad.

Éstas son las principales conclusiones de esta recopilación, que analiza las condiciones laborales y las tendencias del mercado laboral europeos.

- Creación de empleo. La Unión Europea crea empleo y España contribuye en buena medida a ello. Los técnicos subrayan, sin embargo, que el ritmo de creación de puestos ha bajado desde 1999 en los ahora 25 Estados miembros y que muchos de los nuevos contratos son a tiempo parcial y para puestos no cualificados.

El año pasado la tasa de paro de la UE era del 9%. España supera esa media, con el 10,9%. El país con una mayor proporción de desempleados es Polonia, donde 18 de cada 100 trabajadores está en paro, y el que menos sufre esta lacra, Luxemburgo, con el 4,2% de la población desempleada.

- Participación femenina. Nadie cuestiona el avance de las mujeres en el mercado laboral europeo. Pero las desigualdades siguen siendo grandes. Sufren más el desempleo, cobran menos y tienen peores contratos.

En la antigua UE a 15 miembros -antes de la ampliación del año pasado- había 6,4 millones de mujeres fuera del mercado laboral, pero dispuestas a trabajar, y otros 6,6 millones estaban registradas en los servicios públicos de empleo, constata el informe. En la UE de 25 países la ocupación femenina ha avanzado hasta el 55,1% (el objetivo de Lisboa es llegar al 60%). España es el país donde más ha mejorado el empleo femenino entre 1998 y 2003, un 10,2%.

Donde no se producen avances significativos es en la desigualdad salarial. La brecha era del 15% en 2003 (calculada como la diferencia entre el salario bruto por hora que cobra un hombre y el que cobra una mujer como porcentaje del sueldo medio de los hombres). Nueve años antes estaba en el 17%. Las diferencias entre países son enormes. En ambos extremos están dos nuevos miembros de la UE: en Chipre es donde se da mayor desigualdad (25% de brecha) y en Malta donde más se acercan hombres y mujeres (4%). En España la diferencia es del 18%, siempre según los datos del informe. - -

E Retrasar la jubilación. Es una de las estrategias señaladas en Lisboa. El europeo medio deja de trabajar a los 61 años -el último dato para todos los países es de 2003-, mientras que en 2001 lo hacía a los 59,9 años. Los primeros en hacerlo son los eslovenos (a los 56,2 años) y los últimos, los irlandeses (a los 64,4). En España, aunque la edad de jubilación está fijada en los 65 años para la mayoría de los trabajadores, la media está en 61,4 años.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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