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Reportaje:

La 'esponja' gallega

Fran Vázquez coge un sitio de privilegio en el 'draft' del próximo martes

El tratamiento y los lujos que corresponden a una superestrella. Limusina para sus desplazamientos. El mejor hotel de Nueva York y asiento vip en el mítico Madison Square Garden. Todo eso le espera a Fran Vázquez, jugador del Unicaja de Málaga, cuando aterrice en Estados Unidos como uno de los grandes favoritos del draft de la NBA, que se celebra el martes. "Es un jugador especial de verdad", asegura Sergio Scariolo, su entrenador en Málaga. En la NBA se lo rifan. A nadie le importa ya que en Galicia hubiera pocos jugadores peores que él con 13 años.

"Lo descubrí en un colegio cuando jugaba de portero de fútbol", cuenta Moncho López, entrenador del Breogán de Lugo, ex seleccionador nacional y preparador de la escuela Siglo XXI para jóvenes talentos. "Decidí darle una beca. En Galicia se echaban las manoz a la cabeza, porque Fran no sabía nada de baloncesto. Empezó a jugar con gente más pequeña y era el peor". Al principio, todo fue muy duro. Vázquez (1983), que había nacido en una pequeña aldea lucense, no sabía botar el balón, driblar o tirar. En contra de su futuro jugaban su descoordinación y su desconocimiento del juego. A su favor: absorbía información "como una esponja". Eran los tiempos de Pateiro, como todo el mundo apodaba a aquel inocente chico alto que no se quitaba nunca la camiseta de la tienda deportiva de su pueblo, que así se llamaba. "En uno de sus primeros partidos, cuando todavía era muy malo, metió dos canastas seguidas, su récord personal. Entonces se torció el tobillo y tuve que cambiarle. El seleccionador juvenil de Galicia, que estaba cerca, le dijo: 'Fran, ¡estás on fire! [en racha] Y él le contestó: ¡No, ha sido o tobillo!", recuerda López. "Era timidote porque entraba a un mundo nuevo. Pero tiene hambre de aprender y ha mejorado mucho en autoconfianza. Es un chico muy intuitivo, que se transforma en la cancha".

Ocho años después, tras pasar por el Gran Canaria de la ACB y el Unicaja, Vázquez - "el chico de la sonrisa inmensa que a todos cautiva", cuenta López- está a punto de dar el salto a la NBA. Toda una sorpresa. "Nunca pensé que se plantearan ficharle en la NBA. Al principio, ni siquiera sabía si podría ser profesional", dice López. Para cambiar su destino, Vázquez eligió el camino del trabajo: "Es un gran competidor, acepta bien las críticas y es inteligente", cuenta Scariolo. Ahora, con 22 años, Vázquez sigue siendo "un diamante en bruto", ya tiene números de estrella -11 puntos y 6 rebotes en 24 minutos de media- y ha vivido un año de locos: el Madrid le intentó fichar a mitad de temporada por un millón de euros, y la NBA llamó a su puerta todos los días, a todas horas, en cada entrenamiento. "En algunos entrenamientos había más ojeadores de la NBA que entrenadores del equipo. Pero no hemos querido perjudicar su sueño: él lo ha vivido con mucha naturalidad, sin perder en ningún momento los papeles, casi como un veterano pese a ser el cachorro del equipo", explica Scariolo.

Vázquez es admirador declarado de Kevin Garnett, la espigada estrella de Minnesota. Les une la rapidez de su juego, su agresividad frente al aro rival y un físico privilegiado. Pero todavía les separan muchas cosas: "Su asignatura pendiente es el juego en el poste bajo, tanto en ataque como en defensa", dice el entrenador italiano. "Eso está directamente relacionado con el físico, que es lo que tiene que mejorar". A cuatro días del draft, sólo los rumores de que tiene un precontrato con el Madrid -"no tengo nada hecho con ellos. Por respeto al Unicaja no contemplo otra opción que ir a la NBA", suele decir- pueden dar al traste con su sueño. Pero Vázquez espera pacientemente. No le gusta ser el centro de atención. En el fondo, sigue siendo aquel gigante de una aldea gallega. "Hace dos años no me imaginaba todo esto. Si lo pienso mucho, va a ser peor. Por eso, intento que por un oído me entre y por otro me salga".

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