_
_
_
_
Entrevista:MÚSICA

Jimmy Cliff

"Difundí el 'reggae' por África y ahora aprendo del maravilloso 'reggae' africano"

Diego A. Manrique

Es historia viva de la música jamaicana: estuvo allí cuando nació el ska y protagonizó The harder they come, película que sirvió como introducción al reggae en todo el mundo. Jimmy Cliff sigue grabando y actuando con entusiasmo: inaugura el viernes el festival La Mar de Músicas, en Cartagena.

Impresiona conversar con Jimmy Cliff. Por su aire ascético y por su laconismo místico: "¿Hijos? Todos los que esperan algo de mí, son mis hijos". También, por estar un poco fuera del mundo. En un momento, se sorprende cuando se le pregunta por el tratamiento de terrorista en potencia que Washington aplicó a Yusuf Islam, antes Cat Stevens, de cuyo cancionero él interpretó temas como Wild world. No sabe que se desvió un avión en el que viajaba su antiguo amigo rumbo a Estados Unidos, que fue devuelto sin contemplaciones al Reino Unido. Jimmy vive entre París y Jamaica; no tiene "tiempo para leer periódicos".

Desde hace cuarenta años, James Chambers (Saint Catherine, 1948) ha sido el embajador de la música jamaicana. No es una expresión retórica: en 1965, el Gobierno de la isla recién independizada le mandó de gira por Estados Unidos. Allí se encontró con un ambicioso jamaicano (blanco), Chris Blackwell, que le invitó a irse al Reino Unido, donde los inmigrantes isleños demandaban música soleada. Así lo hizo Jimmy: varios años antes que Bob Marley, desarrolló una doble carrera, lanzando discos para Jamaica o para el mercado británico, a veces muy cercanos al soul. También participó en festivales de la canción en países como Brasil, anticipo de lo que sería otra de las claves de su longevidad: no tuvo miedo de presentarse fuera del circuito anglófono del reggae.

En todos los rincones del mundo, Jimmy Cliff es Ivan. Ivan es el carismático protagonista de The harder they come (en España, Caiga quien caiga), el largometraje de Perry Henzell que revelaba la realidad de la vida en los guetos jamaicanos y la potencia de la música que allí se hacía. Jimmy recuerda que la película se hizo de milagro: "Se rodaba unos días y se paraba hasta que Perry conseguía algo más de dinero. Y así varias veces". Pero no le fallaba la motivación: "Ivan deriva de un bandido muy famoso en Jamaica. Y de mis propias experiencias como cantante, cuando te pagaban una miseria por cada tema que grababas, aunque vendieran muchas copias".

Misteriosamente, aunque Ivan muere al final, Jimmy asegura que ha estado hablando con Henzell para hacer una segunda parte de Caiga quien caiga: "Nos salió una película muy negativa, no creo que el hecho de que otras personas te estafen justifique que cojas una pistola. No, yo no podría encarnar ahora a Ivan: lo haría mejor alguien como Wyclef Jean

Como se cuenta en el libreto de la versión ampliada de la banda sonora de The harder they come (Universal), una maravillosa reedición en doble CD sólo disponible en Estados Unidos, fue la primera producción rodada en Jamaica, con un director y un reparto jamaicanos. La música incidental se seleccionó a última hora, juntando grabaciones de Jimmy Cliff con temas extraídos del catálogo Island, propiedad del citado Blackwell. Funcionaba mágicamente en la pantalla y funcionó como disco: aparte de Marley, nada hizo más por la difusión de aquella música de ritmos quebrados y letras crípticas que The harder they come.

Desde 1972, Jimmy Cliff, que es un potente artista de directo, no ha dejado de cantar el tema que daba título a la película y las otras canciones-con-mensaje de Ivan: You can get it if you really want it, Many rivers to cross, Sitting in limbo. Fueron su pasaporte para una fama internacional que le ha llevado a compartir escenarios o estudios con figuras como Springsteen, Elvis Costello o el francés Bernard Lavilliers. "No se trataba de tácticas de crossover", insiste: "He trabajado con los que me han llamado. Y no todos eran artistas de rock. También hice discos con Kool & The Gang o con músicos africanos".

Tras sus visitas a África o Suramérica, Jimmy ha ido adoptando modos sincréticos que enfurecen a los puristas del reggae pero que él defiende como "la necesidad de incorporar lo que iba descubriendo; yo difundí el reggae por África y ahora aprendo del maravilloso reggae africano". Tiene paralelismos con su evolución espiritual: "He pasado por el cristianismo, el rastafarianismo, el islamismo, el budismo, el judaísmo. Yo lo considero una serie de universidades de las que me he ido graduando, haciéndome una mejor persona. Alguien que sabe que Dios está dentro de su persona y no en una iglesia o en una organización".

Dice que muchos de sus dis-

cutibles discos recientes son el resultado de encuentros y coincidencias: "Dave Stewart vino de vacaciones a Jamaica y nos salió una canción que grabamos inmediatamente. Dave empezó a llamar a Sting, Annie Lennox, Joe Strummer y otros amigos. Así surgió Black magic (Mastertrax), un trabajo del que me siento muy orgulloso".

A diferencia de otros cantantes clásicos de reggae, que rechazan el sonido digital y la temática escabrosa del dancehall, Cliff está abierto a colaborar con los jóvenes leones: "Me gustan Buju Banton, Tony Rebel, Sizzla. Con Capleton ya grabé un tema. No me parece pecado hacer música con máquinas. El dancehall es la nueva expresión de lo que hacíamos nosotros; los medios no pueden entenderlo y necesitan crear polémica."

Jimmy Cliff actúa en el Festival La Mar de Músicas, en Cartagena (Murcia) el 1 de julio (Auditorio Parque Torres). El festival continúa hasta el 23 de julio. www.lamardemusicas.com

El músico jamaicano Jimmy Cliff.
El músico jamaicano Jimmy Cliff.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_