El precio de la cultura
Se dice que los jóvenes no tenemos interés por la cultura, pero en este tema no es suficiente tener interés, ya que también se requiere dinero para poder acceder a ella.
Es verdad que los estudiantes solemos tener descuentos en algunas entradas -como en los museos-, pero estas reducciones simbólicas no son suficientes, sobre todo al vivir en Barcelona, una ciudad donde cada día hay eventos muy interesantes y cada año son más los festivales de música, cine, arte y teatro que se celebran. Y es aquí cuando un joven estudiante interesado por la gran variedad que se le ofrece debe escoger. Escoger no por falta de tiempo -a veces también-, sino por el dinero: las entradas a festivales de diseño, arte digital, música electrónica o simplemente una entrada de cine o un libro son cada vez más caros.
Quizá lo que buscan muchos de los organizadores de algunos festivales es restringir el tipo de público, no lo sé. Lo que sí sé es que hay jóvenes con inquietudes, con ganas de ver cosas nuevas y de ver por dónde van las nuevas tendencias, que muchas veces se tienen que conformar con leer el artículo correspondiente a dicho festival o evento en la sección de cultura de la prensa.
