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Reportaje:

Un dramón de reglamento

El Celta encara con estupor la obligación de ganar en Lleida para lograr un ascenso ya festejado

"Cosas así sólo le pasan al Celta". Es la frase más repetida en Vigo, donde la afición asiste con impotencia al nuevo drama de su equipo, que, después de festejar el salto a la Primera División, asistió con estupor a la resta de tres puntos por alineación indebida de un canterano en el partido contra el Xerez, ganado por 1-3 en la 40º jornada. La derrota del pasado domingo ante el Eibar ha convertido el asombro en angustia ante la complicación de repetir el ascenso y la sensación de que el conjunto se encuentra noqueado, incapaz de reengancharse al campeonato.

No es la primera vez que los despachos acechan al Celta: en la memoria del celtismo permanece grabada a fuego la crisis de los avales, que en el verano de 1994 tuvo a los aficionados con el corazón en un puño por un descenso administrativo a Segunda B que, finalmente, no llegó a consumarse.

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40.000 AFICIONADOS HOMENAJEAN AL ALAVÉS.

El artículo 107 del reglamento de la federación española tiene la culpa del nuevo tropiezo. Su finalidad consiste en impedir que los equipos que han logrado sus objetivos conviertan las últimas cuatro jornadas de Liga en una feria y que se desvirtúe el torneo con el recurso a jugadores de los filiales que no habían contado durante el resto del curso.

El Celta lo incumplió de forma flagrante, pero nadie le podrá acusar de vulnerar el espíritu de la norma: Toni Moral, el jugador que motivó la denuncia, destacó en el Celta B y llamó la atención del entrenador, Fernando Vázquez, en el último cuarto de la temporada. No volvió a entrenarse con el segundo equipo y se hizo con la titularidad. De no haber mediado la lesión que le impidió jugar en Pontevedra, habría disputado no los cinco partidos consecutivos que le habrían permitido participar en las últimas jornadas, sino siete. "Es del primer equipo a todos los efectos", insiste Vázquez.

Para el gerente del club, Sabino López, que el Celta ande siempre en estos líos es "cosa de meigas". ¿Responsabilidades? "Estamos hablando con el Ayuntamiento para colgar por los pies al responsable en una plaza pública, apedrearlo y prenderle fuego a una pira, según el modelo vikingo", bromea. Más en serio, reclama al consejo de administración del club que actúe "cuando todo se supere", objetivo que aspira a conseguir en una doble vertiente: en la deportiva, el sábado en Lleida, donde el equipo está obligado a ganar, y en la administrativa, este jueves, en la reunión del Comité de Apelación, que podría enmendar al de Competición. Quedará en todo caso la posibilidad de recurrir al Consejo Español de Disciplina Deportiva y, por último, al tribunal de lo contencioso-administrativo. Está claro que, de no sentenciar el ascenso en el campo del Lleida, la crisis del Celta se prolongará hasta más allá del final del campeonato.

El consejo de administración del Celta anda todavía dándole vueltas al recurso, que presentará la víspera o el mismo día que se reúna Apelación. Mientras tanto, el club se esfuerza en la tarea de lograr que los jugadores, anímicamente destrozados, vuelvan a centrarse en la competición, lo que no parece fácil de conseguir. Sobre todo, cuando ya se han paseado en un autobús descapotado por todo Vigo, manteado al entrenador y prolongado la celebración hasta la madrugada. Nunca una fiesta había dejado semejante resaca.

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