Maragall asegura que la reunión ratifica la voluntad de consenso
A pesar de que ayer no se resolvió ninguna de las grandes discrepancias en torno al nuevo Estatuto de autonomía catalán, todos los líderes políticos excepto Josep Piqué (PP) se esforzaron en transmitir sensación de optimismo tras la cumbre del Parlamento. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, destacó que la reunión sirvió para "consolidar posiciones de consenso" y aseguró haber visto "ganas de Estatut" en todos los asistentes a la cumbre.
Según Maragall, el encuentro vio cumplidos sus objetivos. "Estamos de acuerdo en que hemos de defender por consenso en Madrid lo que aquí aprobemos", afirmó el presidente catalán.
En la misma línea se pronunció Artur Mas, muy alejado de sus posiciones de hace apenas un mes, cuando cuestionaba sistemáticamente la "autoridad moral" del presidente de la Generalitat para liderar el proceso de reforma del Estatuto. El líder de CiU se felicitó por haber logrado el consenso en torno a la siguiente idea: "No puede aprobarse el Estatut en Cataluña hasta que no nos hayamos puesto de acuerdo sobre cómo se negocia luego en Madrid". Y es que, en opinión de Mas, "no puede ser que el Parlamento catalán apruebe un Estatut y luego, en Madrid, alguien se despiste y utilice algún atajo para acabar diluyendo por intereses partidistas el consenso logrado en Cataluña".
Con un optimismo que rozaba la euforia, la presidenta del grupo parlamentario del PSC, Manuela de Madre, mostró su "convencimiento" de que el texto estatutario "saldrá adelante". Más cauto, Josep Lluís Carod Rovira (ERC) sólo admitió ver "medio llena" la botella del Estatuto, aunque dijo: "Costaría mucho de entender que no acabáramos culminando" la reforma estatutaria. Joan Saura (Iniciativa per Catalunya Verds) también destacó la parte positiva del encuentro y afirmó: "En los próximos 15 días o en tres semanas, es perfectamente posible alcanzar un acuerdo".
