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Crítica:LA LIDIA | Valencia
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Ni fu ni fa

La buena actitud de Óscar Sanz en sus dos novillos no tuvo premio. Cobró dos fuertes volteretas, una por cada novillo, y salió con un puntazo de la del cuarto. Su primero fue de los de mejor nota. Noble como el resto, tuvo buen son y calidad por los dos lados. La faena fue un buen proyecto de inicio. Cada serie asomaba limpia y pulcra, para perder su orden al final. En todo caso, labor salpicada de buenos detalles. Al cuarto le costó tomar la muleta y Sanz, que tuvo tiempo de dibujar tres bellos naturales, optó por las cercanías. En un alarde de rodillas el novillo se lo llevó por delante y le pegó un puntazo en el muslo derecho.

El becerrote que hizo segundo fue escaso enemigo para Gabriel Picazo. Faltaba novillo o sobraba novillero. Muy superior Picazo en faena demasiado larga y carente de emoción. El quinto fue muy deslucido. Manso, vencido por los dos pitones, escapó siempre de la muleta. En este caso el oficio de Picazo no sirvió de mucho.

Sánchez / Sanz, Picazo, Morilla

Novillos de Ángel Sánchez, de discreta presentación; manejables. Óscar Sanz: tendida y trasera -aviso- y dos descabellos (saludos); pinchazo y entera (saludos). Gabriel Picazo: entera -primer aviso-, descabello -segundo aviso- (saludos); pinchazo, entera, cuatro descabellos -aviso- y cuatro más (silencio). Alejandro Morilla: pinchazo y estocada (silencio); casi entera perdiendo la muleta (silencio). Plaza de Valencia, 9 de junio. 1ª novillada del Concurso Valencia busca un torero. Un cuarto de entrada.

El tercero de la tarde cerró la parte buena de la novillada de Ángel Sánchez. Viaje claro, nobleza y notables dosis de calidad en ese novillo. Morilla le plantó cara, pero el de Ángel Sánchez mereció mejor trato. Muy ligero el novillero, en ocasiones hasta acelerado, la faena pecó en exceso de eléctrica. Sin medir las distancias, acabó descolocado la mayoría de las ocasiones. El sexto tomó una segunda vara de largo, pero con fin más oportunista que bravo. Sin humillar, también bastante topón, no fue novillo para encontrarse a gusto ante él. La faena acabó en lucha muy desigual, con apenas eco en el tendido.

La novillada de Ángel Sánchez estuvo dividida en dos mitades. La primera fue la positiva, con tres novillos muy nobles, de calidad y excelente son. Sobre todo el primero y tercero. La decoración cambió en la segunda mitad. Al manso cuarto le siguió un deslucido quinto, que acabó refugiado en tablas, y la cerró un sexto sin clase y que nunca humilló.

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