El conflicto de la huelga de basuras de Granada se radicaliza y amenaza con llegar a la capital
Los trabajadores amenazan con más acciones de bloqueo y nuevas protestas.
La huelga de basuras que afecta a un centenar de localidades de la provincia de Granada desde hace tres semanas ha radicalizado las posturas de las partes en liza, ha comenzado a afectar a municipios, en principio, no implicados; y puede suponer un conflicto entre instituciones. Mientras los trabajadores amenazaban ayer tarde con endurecer su postura, con nuevas acciones de bloqueo y protestas, nuevas bolsas de basura se iban acumulando a las más de dos mil toneladas amontonadas en los pueblos afectados (140, según los sindicatos y 94, según la Diputación).
Mientras las basuras se amontonan en las calles, la Delegación de Salud no atenció ayer la petición de los munícipes para decretar la peligrosidad en ningún punto, excepto en la localidad de Maracena. Por su parte, los alcaldes de los municipios afectados siguen presionando a las administraciones superiores para poder retirar los residuos por sus propios medios.
Los piquetes apostados a las puertas de la Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos de Alhendín -que recoge las basuras del 75% de la provincia- amenazaban con impedir esta madrugada el paso de todos los camiones de recogida, incluidos los de la capital. La Subdelegación del Gobierno amenazó con emplear la fuerza para evitar esta medida que, en la práctica supondría la extensión a toda la provincia del conflicto.
Mientras, las cúpulas regionales de los sindicatos buscaban ayer reemprender la negociación, rotas desde hace una semana, al máximo nivel. El alcalde de Granada, José Torres Hurtado (PP) pedía una solución rápida al conflicto y que éste no afecte a la ciudad, y la patronal hacía llegar el mensaje, desde Madrid, de que en 48 abandonarán totalmente las negociaciones si no se acepta la última propuesta consensuada con las centrales sindicales y rechazadas por los trabajadores.
En palabras de un sindicalista de CC OO implicado en el conflicto, "esto se ha convertido ya en una gran bola, en un gran lío que tiene que saltar por algún lado, para bien o para mal". Efectivamente, el problema laboral, su extensión en el tiempo y las altas temperaturas que se registran estos días en Granada -con máximas de hasta 37 grados en algunas localidades- han provocado un enconamiento de la situación que hace pensar en un pronto desenlace o en un grave enfrentamiento entre las partes en conflicto y entre éstas y las administraciones, si no entre las administraciones entre sí.
El alcalde de Granada, José Torres Hurtado (PP), expresó ayer su perplejidad por que el conflicto pueda afectar a la ciudad cuando el salario de los trabajadores de la empresa de recogida de basuras de la capital es el espejo en el que se miran el resto de compañeros en huelga para pedir su homologación. Esa es, precisamente, el objeto de la huelga. Torres Hurtado pidió al Subdelegado del Gobierno mano dura para impedir que la ciudad pueda verse afectada por el paro.
De hecho, la basura no pudo recogerse en Granada en la madrugada de ayer, ya que los camiones de la empresa concesionaria, Inagra, no pudieron ser vaciados en la Planta de Tratamiento de Alhendín hasta las cinco y media de la madrugada. A esa hora, se levantó el bloqueo ante la amenaza de una carga policial contra los huelguistas que bloqueaban la planta. La basura acumulada en las calles de la capital tuvo que recogerse a primera hora de la mañana.
Recomendación de salud
El Ayuntamiento de Maracena, gobernado por el PP, comunicó ayer al juzgado que desde el viernes está retirando parcialmente la basura acumulada en algunos puntos de la localidad, ante la recomendación de los técnicos de la Delegación de Saludo. Ayer se sumó a esta medida, otro municipio gobernado por el PP. Se trata de Churriana de la Vega, donde operarios municipales evacuaron algunos puntos de la localidad. Según los sindicatos, otros ayuntamientos, utilizando personal de mantenimiento, están limpiando calles y plazas de sus respectivas localidades intentando que no se enteren los trabajadores del servicio de recogida en huelga.
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