_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Rodríguez Bernabeu

El poeta Emili Rodríguez Bernabeu es un hombre serio, afable, comedido. Nada en él llama la atención de un modo particular. La misma contención con la que viste parece buscada para no llamar la atención. Rodríguez Bernabeu no se ha prodigado en la prensa, en la que muy pocas veces hemos visto su firma; tampoco, en los actos públicos, que no suele frecuentar salvo en ocasiones muy determinadas. Podríamos decir que toda su vida ha sido de una enorme y constante discreción, una discreción que, en ocasiones, hemos podido confundir con la timidez. Sin embargo, cuando uno hace memoria y repasa la historia de Alicante en los últimos treinta años, descubre que Emili Rodríguez Bernabeu ha sido una presencia permanente en la vida cultural de la ciudad. Es cierto que nunca ha estado en el primer plano de la actualidad, pero su influencia se ha hecho notar en todo cuanto tenía que ver con lengua y la cultura valenciana.

Su obra poética, que ocupa la parte más extensa de su producción literaria, participa de las mismas cualidades que su persona. Es una poesía sobria, que huye del verbalismo para buscar su expresión en la raíz del idioma. Rodríguez Bernabeu ha escrito de un modo constante, y un tanto ajeno a las modas que podían sucederse en cada momento. La poesía que ha cultivado, tanto la de carácter cívico como la más íntima y personal, ha sido, al margen del reconocimiento que la crítica le ha dispensado, una manera de reafirmarse en sus convicciones más propias. Para un poeta que escribe en valenciano, quizá sea éste el único modo posible de sobrevivir en Alicante. No podemos decir que los escritores como Emili Rodríguez Bernabeu han tenido una vida literaria fácil. No sólo han debido ocuparse de su propia obra, sino de crear unas condiciones mínimas para que su lengua no sucumbiera a la indiferencia que imperaba en la ciudad.

La discreción a la que aludía, al comienzo de estas líneas, como una de las características de su personalidad, no ha estado reñida con la defensa de sus convicciones. Emili Rodríguez Bernabeu ha mantenido una permanente defensa de sus convicciones, entre las que la lengua ha ocupado siempre un lugar principal. El poeta ha sido un gran defensor del valenciano en Alicante, y ha desempeñado el papel con una extraordinaria dignidad. Ahora bien, está defensa jamás la ha ejercido de un modo violento o estentóreo. La verdad es que no me habría extrañado si, alguna vez, hubiera levantado la voz más allá de lo que se considera permisible: le han sobrado razones para hacerlo. La discriminación que ha sufrido el valenciano en Alicante ha sido permanente y sólo se ha remediado, y de manera muy débil, en los últimos años.

Ante este estado de cosas, cualquier persona hubiera perdido las ilusiones y se habría dejado ganar por la apatía hacia la lengua que se respiraba en la ciudad. Afortunadamente, nada de eso se ha producido y Emili Rodríguez Bernabeu se ha mantenido fiel a sus principios. Y lo ha hecho de la única forma que un escritor puede hacerlo, que es escribiendo y publicando sus obras con regularidad. El homenaje que días pasados le ofrecieron algunos de sus amigos poetas, y diversas instituciones culturales, es el reconocimiento a esa fidelidad.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_