"Las 'burbujas' no regresan porque no se olvidan"
El presidente de la multinacional sueca explica la situación de su compañía tras la crisis
Estocolmo era, a finales del siglo XIX, la ciudad con mayor penetración telefónica del mundo. Y una de las razones fue el trabajo de Lars Magnus Ericsson, que convirtió su tienda de reparación de telégrafos en una compañía de telefonía en 1876. Su empresa es ahora una de las grandes proveedoras de sistemas de telefonía móvil. De hecho, Ericsson asegura que el 40% de las llamadas móviles que se realizan en el mundo pasan por ellos. La multinacional sueca está presente en 140 países y factura 132 millones de coronas suecas (unos 15 millones de euros).
Ericsson ha pasado por muchas fases en estos 129 años de vida, pero la última ha sido, posiblemente, la más dura. En 2004 completó una complejísima reestructuración por la que redujo más de la mitad de su plantilla: tiene unos 50.500 empleados, frente a los 120.000 de 2001. También redujo drásticamente sus gastos operativos (del 15% de las ventas al 5% en tres años) y sus inversiones, incluidas las de I+D, que ha recortado a la mitad.
"Queremos estar más cerca de los clientes en la fabricación, pero no vamos a movernos de Suecia ni de Europa"
"El desarrollo del UMTS en Europa depende de lo que los operadores están dispuestos a invertir y a promover"
Carl-Henric Svanberg (Porjus, Suecia, 1952) se incorporó a Ericsson en plena reestructuración, en abril de 2003. En los últimos resultados trimestrales, su compañía consiguió aumentar los beneficios (+77%), las ventas (+12%) y los márgenes, aunque los analistas observan algunas sombras, como los últimos resultados de Sony Ericsson o la creciente presión de los fabricantes chinos.
El pasado 10 de mayo, la multinacional reunió en Estocolmo a analistas y medios de comunicación para explicar sus planes inmediatos. Además de seguir mejorando sus márgenes y arañar cuota de mercado, Svanberg reconoció: "Es extremadamente importante vigilarles [a los fabricantes chinos]. Tienen precios muy competitivos, están hambrientos y cuentan con el apoyo de su gobierno y sus bancos. Les tenemos mucho respeto".
Pregunta. Los últimos resultados trimestrales mejoraron ventas, beneficios y márgenes. ¿Ha terminado la reestructuración?
Respuesta. Concluyó hace un año. Ahora tenemos una Ericsson más fuerte y ágil.
P. El crecimiento de dos dígitos en ventas, ¿es una excepción o la regla?
R. Es superior al crecimiento del mercado, lo que significa que hemos captado cuota. Y creo que tenemos una posición en la que podemos seguir aumentándola.
P. Ericsson ha vivido una reestructuración muy dura. ¿Se recupera alguna vez una empresa de algo así?
R. La recuperación no es tan difícil como pasar por ello. Es muy doloroso, no es agradable, pero a la vez te fuerza a darle la vuelta a cada una de las cosas que haces. Debes repensarlo todo, analizar cada proceso, aportar claridad a la compañía... Ahora todo el mundo es más cauto y hace lo que debe.
P. ¿Es posible que vuelva a haber un boom en las telecomunicaciones como el de 1999?
R. Creo que ese boom no fue de las telecomunicaciones, sino de la sociedad y las tecnologías de la información. Es interesante porque el tráfico de voz ha permanecido tan estable como una roca. Lo que pasó es que las inversiones en infraestructuras se dispararon, porque la gente creía que ese crecimiento sostenido explotaría en algún momento. Por eso, pensaron que era necesario comprar infraestructuras y estar preparados para cuando eso ocurriera. Fue una burbuja de percepciones y no creo que se produzca otra fácilmente en la industria de las telecomunicaciones. Las burbujas tienden a llegar y marcharse, pero no suelen regresar, porque la experiencia no se olvida.
P. Ha dicho que Ericsson va a incrementar las inversiones en algunas áreas. ¿Dónde?
R. Primero, debemos seguir invirtiendo donde somos fuertes: en telefonía móvil. Pero también en el área de la tecnología IP [sobre la red de Internet]. Cuando lleguemos a un mundo en que todo sea IP, estaremos eventualmente conectados a redes que serán completamente convergentes. Si usted me manda un SMS, no sabrá si lo hace a través de la línea fija, porque yo lo recibiré en mi móvil; no sabrá por dónde viaja la señal. Pero ésta es sólo una pieza del puzzle. La belleza de Ericsson es que tenemos masa crítica en todas nuestras áreas; podemos invertir lo que se necesita en cada una de ellas, y no hay ninguna de la que tengamos que desinvertir.
P. ¿Cómo mantiene la innovación si ha recortado un 50% la inversión en I+D?
R. Hemos hecho un recorte en un gran trabajo de ingeniería pero que no estaba desarrollado eficientemente. Había muchas plataformas, demasiados estándares, y eso creaba mucho trabajo que hemos racionalizado y organizado. Y si podemos seguir haciendo nuestro trabajo a un coste de un 50% inferior, y en menos tiempo, podremos invertir más en I+D.
P. En su exposición [en la reunión de Estocolmo] ha mencionado que el 90% del crecimiento del mercado móvil, en número de suscriptores, provendrá de los países emergentes. ¿Cuál es su estrategia en ellos?
R. Estamos creciendo por dos razones, que son igual de importantes. Una son los suscriptores, y la otra es el crecimiento estático, porque también crecemos en los países occidentales, con todos los nuevos servicios, como la música. Además, hay que tener en cuenta que se está produciendo una migración de la telefonía fija a la móvil. Éstos serán motores de crecimiento de igual importancia en el mundo occidental que los suscriptores en los mercados emergentes.
P. Aún mantienen fábricas en Suecia. ¿Tienen planes de deslocalizarlas?
R. No, creo que tenemos una posición muy buena. En cuanto a fabricación, el 75% de lo que hacemos está externalizado a diferentes proveedores. Cuando tenemos nuevos productos, los fabricamos en las viejas factorías y, cuando ya conocemos esos productos, entonces lo subcontratamos. Es un modelo que está bien establecido. Y en el campo del I+D, el 60% se hace en Suecia.
P. Hay una gran discusión en la UE acerca de la deslocalización de empleos a países de menos coste. ¿Qué opina?
R. En el lado de la fabricación es donde están ocurriendo los grandes cambios. En el del I+D no creo que se produzcan muchos más. Queremos estar más cerca de los clientes, pero no vamos a movernos de Suecia ni de Europa.
P. ¿Cuándo llegará el despegue del UMTS [tercera generación de telefonía móvil]?
R. Ahora mismo hay un crecimiento de unos dos millones de suscriptores al mes, así que está ocurriendo ya. Tendrá probablemente entre 50 y 70 millones de suscriptores a finales de año. En todo caso, aún le quedan muchos años de vida a las redes 2G [las actuales, GSM].
P. ¿Se está produciendo un incremento en el uso de los datos?
R. Eso está relacionado con qué tipo de servicios se ofrecen, y también con qué dispositivos promueven los operadores. El ejemplo más obvio es el de KDDI en Japón, que ofrece datos a un precio fijo de 38 dólares al mes. En siete meses, multiplicó el tráfico de datos por 30. Éste es un mercado muy sensible al precio y, en Europa, los operadores a menudo compiten con sus propias redes fijas o de 2G. Así que creo que el desarrollo en Europa depende de lo que los operadores están dispuestos a invertir y a promover.
P. ¿Necesitamos un tarifa plana para los datos?
R. Vodafone ha lanzado tarifas planas en Alemania y el Reino Unido. Habrá más iniciativas como éstas.
P. Pero la voz es aún el servicio dominante.
R. Y lo será, por algún tiempo.
P. En el mercado de datos hay música, vídeo, información... ¿Cuál de estos servicios tirará del crecimiento?
R. Creo que es muy difícil de decir porque es un territorio inexplorado. Todos estamos intentando averiguar si la gente joven estará interesada en descargar música o si los profesionales querrán bajarse su correo electrónico. También tratamos de saber qué ocurrirá con la televisión. ¿Cuánta gente estará dispuesta a verla por el móvil? Todas son oportunidades que tendremos que explorar.
"La alianza con Sony es la de más éxito entre empresas japonesas y occidentales"
Ericsson formó en 2001 una joint-venture con el gigante japonés de consumo, Sony, para fabricar teléfonos móviles. Según datos de la consultora Gartner publicados esta semana, Sony Ericsson es la sexta compañía del mercado, con un 5,5% de cuota, lejos de los líderes, Nokia (30,4%) y Motorola (16,8%).
Pregunta. ¿Cómo va la alianza con Sony?
Respuesta. Muy bien. Es una idea inteligente. Se trata de juntar a unos ingenieros suecos de una compañía de telefonía, y a Sony, una empresa japonesa líder en el consumo masivo en electrónica. Creo que ha demostrado tener mucho, mucho éxito. Sony Ericsson ha conseguido una posición líder en el segmento medio y alto del mercado, aunque quizá no tanto en el más bajo.
P. ¿Y quieren crecer en ese mercado?
R. Probablemente, este año Sony Ericsson ampliará su portafolio de productos, hacia el nivel más alto del segmento más bajo.
P. Las ganancias de Sony Ericsson cayeron un 60% en el primer trimestre.
R. Una compañía como ésta lanza nuevos modelos que, a veces, llegan al mercado a la vez, y luego pueden disminuir en el siguiente. Además, su primer mercado, que es Europa, ha sufrido un poco. Creo que habrá mejores desarrollos este año.
P. ¿Es difícil fusionar la cultura sueca y la japonesa?
R. Cuando se trata de fusionar culturas creo que el secreto está en la actitud y en tener una menta abierta. No puedes pensar que sabes más que los japoneses de determinadas cosas, o viceversa. Si llegas con una mente abierta, y deseos de aprender... no hay problema.
P. Siempre hay rumores de que los japoneses quieren abandonar la empresa.
R. Nunca he escuchado esos rumores. Creo que el sentimiento general, en todo Japón, en la industria y en la propia Sony, es que Sony Ericsson es, probablemente, la joint-venture internacional que mayor éxito ha tenido entre todas las que han hecho las empresas japonesas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.