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Reportaje:FÚTBOL | 38ª y última jornada de Liga

Un corazón de piedra para Serra Ferrer

El técnico balear puede firmar la mejor temporada de la historia del Betis y llevar al descenso al que fue su equipo, el Mallorca

El entrenador del Betis, Llorenç Serra Ferrer, es un hombre que vive e intenta que los que le rodean sientan el fútbol como algo más que un juego. Como entrenador, siempre ha buscado que la plantilla que maneja se comprometa con el club más allá de situaciones coyunturales. Serra Ferrer quiere que los jugadores hagan suya la carga emocional y simbólica del club en el que desarrollan su labor profesional. No le basta a este técnico lo que se haga con los pies, les exige a los suyos una porción de sus corazones. Aunque, hoy, al que le gustaría tenerlo de piedra sea a él mismo.

Su primer amor, la pasión pura, fue el Barcelona. El Betis le ha dado su mayor perfil profesional. Y el Mallorca... pues es su casa. Serra Ferrer necesita que su equipo gane hoy en Son Moix y así lograr por primera vez la clasificación para la máxima competición continental que, tras conseguir ser finalista de la Copa del Rey, supondría la mejor temporada del histórico Betis. Pedro Buenaventura -que como entrenador del club sevillano metió al equipo en la Copa de la UEFA y que ahora ejerce en un despacho del estadio de enciclopedia en carne y hueso del beticismo

- así lo asegura: "Tan sólo tenemos una Liga (1935) y una Copa (1977) en las vitrinas, así que, si esta plantilla se clasifica para Liga de Campeones y gana la final de Copa del día 11 contra Osasuna, será sin duda el mejor Betis que haya habido"

Serra Ferrer utilizó casi estas mismas palabras para definir la situación poco antes de embarcar en el avión que había de llevarle a la isla en la que nació. Pero no pudo dejar de añadir algo más: "Soy profesional y no puedo cargar en mi conciencia otra cosa que no sea el Betis. Han transcurrido 37 jornadas y me gustaría que el Mallorca se quedara en Primera".

La verdad es que podría parecer que esta temporada ha sido diseñada para poner a prueba sus emociones. El Betis eligió para resucitar el enfrentamiento contra el Barça de la decimoprimera jornada liguera, en Heliópolis (2-1). El Betis no sólo jugó muy bien en la que supuso la primera derrota del que mejor estaba jugando hasta entonces, sino que acabó con una racha de dos míseras victorias en 10 encuentros disputados. Tras vencer con claridad al que ya se postulaba como campeón de la competición liguera, ganó los dos partidos siguientes (Levante, a domicilio y Villarreal, en Sevilla). También le hizo daño a su querido Barça en la segunda vuelta (3-3, en el Camp Nou). Los azulgrana comenzaban a padecer el tembleque y las dudas que frecuentemente acogotan al que está a punto de culminar un sueño y celebraron el gol del empate, en el límite de los cinco minutos que decidió recuperar el árbitro, como si de una victoria importante se tratara.

Pero el método del compromiso no sólo le da sofocones al técnico nacido en Sa Pobla. Para que esta temporada esté a punto de ser histórica para los verdiblancos ha sido fundamental el revolcón que, sin piedad, le ha dado Serra Ferrer a la conciencia de la plantilla.

En primer lugar, el técnico eligió la Copa como un atajo hacia el éxito. Ni rotaciones, ni pamplinas. Puso a los mejores ante el Alcalá, el Mirandés o el Gramenet. La Copa suele estar barata estos años y un título es un título.

La Liga no empezó bien. El diseño de dos líneas de cuatro con pivote y ariete únicos no le funcionó a Serra Ferrer sobre el campo y tuvo que rectificar sobre la marcha. Sin un juego lustroso, el equipo dependió de las acciones individuales de Oliveira, Joaquín, Edu o los goles de falta de Assunção. Pero a medida que el equipo avanzaba en la Copa, la indesmayable afición verdiblanca facilitaba un ambiente que hacía creíble cualquier meta. Tras clasificarse para la final en San Mamés (11 de mayo), el equipo ha encadenado tres victorias consecutivas en la Liga que, de ganar también hoy, será con cuatro lo mejor del año. Y parece que todo mana de la manera de vivir el fútbol con el corazón, como gusta Serra Ferrer.

Serra Ferrer se dirige a sus jugadores durante un entrenamiento.
Serra Ferrer se dirige a sus jugadores durante un entrenamiento.ALEJANDRO RUESGA

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