De la Monumental, a la Diagonal

Del "si lo conseguimos, me voy a torear a la Monumental" al "si los logramos, cruzaré la Diagonal en autobús" han pasado 365 días, una temporada. Lo primero lo dijo Luis Fernández, ex técnico blanquiazul, antes de afrontar la última jornada liguera frente al Murcia. Su equipo, después de practicar el funambulismo sobre la cuerda del descenso durante toda la campaña, dependía de sí mismo para lograr la permanencia. Lo segundo lo asegura Miguel Ángel Lotina, actual entrenador, cuando piensa que su plantilla puede alcanzar hoy, de conseguir un punto ante el Athletic, la UEFA; o por vez primera la Champions, si vence al cuadro rojiblanco y pierden Sevilla y Betis en sus enfrentamientos particulares.

Lo que es seguro es que Montjuïc no estará en silencio. Dada la promoción que ha hecho el club -los aficionados tienen derecho a comprar cuatro entradas a cinco euros cada una y son obsequiados, además, con otra gratuita-, las previsiones de ayer auguraban la presencia de 45.000 espectadores. Récord absoluto de la temporada. Pero no es el único registro blanquiazul que se batirá. Tanto a nivel individual como colectivo, ha sido una campaña sin parangón. Sólo Barça y Sevilla han vencido en Montjuïc. En caso de empatar ante el Athletic, el conjunto de Lotina conseguirá 39 puntos en casa, cosa nunca vista en el Estadio Olímpico -el precedente se sitúa en la temporada 2001-02 cuando Paco Flores logró 38. Si gana el Espanyol, los 41 puntos igualarán el mejor registro de la historia (1995-1996, con Camacho y en Sarrià). Tamudo, Pochettino y Maxi, además, personalizan el éxito. El capitán del Espanyol es el segundo futbolista que más goles ha conseguido en el club (88) -sólo le supera Marañón con 111 tantos-. El argentino Pochettino es el segundo extranjero que más partidos ha disputado con la zamarra blanquiazul (264), por detrás de Argilés (300). Y Maxi, con 15 goles, se ha convertido en el extranjero del club que más tantos ha marcado en una sola campaña.

La temporada pasada, Luis Fernández concentró al equipo en el Montanyà para alejarlo de las presiones externas. Lo mismo ha hecho Lotina aunque el objetivo sea opuesto. Hace un año, una vez asegurada la categoría, Fernández se sacó la camisa para hacer unos pases toreros y el aficionado, en lo que fue una explosión entremezclada de júbilo y nervios, invadió el campo para celebrar la permanencia. Hoy, cuando falten quince minutos para las once de la noche, el Espanyol y su afición pueden coronar el último peldaño, entrar en Europa.